Hablar de lechuga es abrir un melón en el que la polémica está servida. Y es que es nombrar a este vegetal tan socorrido para que las primeras voces lleguen en forma de grito y con el repetido “la lechuga de hoy no sabe a nada”. Algo en lo que tienen toda la razón. La lechuga que habitualmente encontramos en los supermercados es lo más parecido a comer un plástico crujiente. Nada de sabor.

El truco de la lechuga

Ante esto, los productores se defienden alegando que es el precio que hay que pagar para tener lechugas todo el año y (aquí llega la chicha) que sean más resistentes y tengan una vida útil. El problema es que se ha perdido todo el sabor a cambio de que la lechuga aguante dos días más, porque ese es el tiempo máximo, después empieza a ponerse pocha. Así, lo que habitualmente comemos en algo verdoso que ni sabe ni cruje. Pero para no despertar a la bestia que habita en los que quieren eliminar el plástico de nuestras vidas y asegurar que la solución es comprar lechuga preparada en bolsas pequeñas, vamos a tirar de sabiduría de TikTok.

Trucos, hay muchos, pero el que funciona de verdad es el que confiesa MrRice1976 en un video que, obviamente, se ha hecho viral. Un chef coreano al que ya puedes empezar a seguir. Sí, se necesita una bolsa, pero puede ser reciclada. También el cuello de una botella de plástico (que podrás reutilizar tantas veces como quieras) y un poco de ese licor que no sabes ni porque lo tienes.

Enciam conreat sense terra ni pesticides al Gastronòmic Fòrum Barcelona / Foto: ACN
Lechuga cultivada sin tierra ni pesticidas en el Gastronòmic Fòrum Barcelona / Foto: ACN

El método 60 días

Realmente no sé si con este truco la lechuga puede durar 60 días como asegura este tiktoker, pero después de comprobar el resultado en unas semanas, me puedo creer perfectamente que se llegue a los dos meses. El primer paso es cortar la parte de debajo de la lechuga (sí, es imprescindible que esté entera). Solo hay que retirar la parte marrón, la que ya está oxidada. Después, mojas una gasa o papel cocina con alcohol (el que quieras) o agua en su defecto, y lo colocas en esa base que acabas de cortar.

Esa lechuga o cogollo la introduces en una bolsa de plástico y la cierras con el cuello de la botella. Si te aseguras de que eliminas todo el aire, tendrás un cierre al vacío muy útil. Solo haciendo esto un par de semanas te aseguro que esa lechuga aguanta como nueva, tanto en sabor como en textura. ¿Y qué pasa cuando esa lechuga que compraste está decaída y triste? También tengo un truco para recuperar parte de su alegría y que vuelva a ser crujiente. Este es tan sencillo como lavarla en agua caliente. Sí, así de simple. Un buen remojón en agua unos grados más que templada y estará lista de nuevo. Puedes terminar con agua fría de nuevo para refrescar, pero no te pases. Ya no quedan excusas para no comprar lechuga y comértela después.