Esther Martínez (Barcelona, 1982) es hostalera, periodista e influencer. Con una masa social de más de medio millón de seguidores, entre Instagram y TikTok, @xiquetamontgat acumula miles y miles de visulitzacions y me gustas en los vídeos. Ahora ha publicado su primer libro de gastronomía, Desde la barra, en que charla sobre una treintena de cócteles y detalla una trepidante historia para cada una de las bebidas. Elude los tópicos más convencionales, para despuntar en una vertiente inhóspita: los cócteles de los años 70, 80 y 90.
Es el primer libro sobre gastronomía y cócteles que escribes. ¿Qué te motiva a hacerlo?
En realidad fue una propuesta del editorial, y no mía. La oferta vino sobre todo a raíz del contenido que hago yo a las redes sociales sobre bebidas de los años 70, 80 y 90. Me motiva muchísimo porque soy una apasionada por los cócteles y me dedico a la restauración y hostelería desde siempre. De hecho, soy la 4.ª generación, por lo tanto, estar detrás de la barra es una tradición familiar y, personalmente, me encanta. Para mí, es muy importante haber escrito este libro porque soy periodista y hostalera. Por lo tanto, este libro simboliza la unión de mis dos profesiones y al mismo tiempo pasiones.
¿Qué idea fundamental querías transmitir con este libro?
Es un libro de recetas de bebidas, sobre todo de bebidas clásicas de hace casi medio siglo. La idea de que plasmo en el libro es la combinación de una treintena de recetas de cócteles míticos y tradicionales con el acompañamiento de una historia personal real vivida detrás de la barra y, además, fuera todo estrechamente ligado con la cultura y la historia del país. Con todo, intento transmitir un mix de todo, que es el amor por esta profesión.
La idea que plasmo en el libro es la combinación de una treintena de recetas de cócteles míticos y tradicionales con el acompañamiento de una historia personal real vivida detrás de la barra
¿Qué personajes aparecen a las historias?
Hay un poco de todo. Quiero reflejar todas las personalidades que existen en la otra banda|lado de la barra, no solo aquellas negativas y más oscuras. De hecho, muchas veces me han preguntado por personajes solitarios, alcohólicos y tenebrosos, como si se tratara de un cliché de hombre bar. Pero las historias que subrayo van más allá, pasando por referentes educativos cuando yo era una niña pequeña hasta historias más divertidas.
¿Por qué cada cóctel tiene su historia?
Bien, yo desde un principio tenía claro que quería acompañar cada bebida con una historia para hacerlo desde una nueva perspectiva y para facilitar la transmisión de lo que quiero explicar con cada una de las recetas. Aunque al principio no tenía definidas ni cerradas todos los relatos, quería combinar parte de realidad sobre todo, pero también ficción. Quería transmitir la esencia de lo que yo he vivido desde pequeña observante mi abuela Emília y todas las anécdotas e historias que me han impregnado. Eso es lo que concibe y proyecta Desde la barra. Desde historias de personas que tenían oficios realmente duros y venían a tomar una copa por airearse al bar, hasta las infinitas partidas de amigos que tenían lugar en las mesas delante de mis ojos. En definitiva, hay un personaje único e ideal para cada tipo de cóctel.
¿Qué es la cultura del cóctel?
Yo hablaría más bien de la cultura de bar, porque yo hago bebidas muy sencillas, que se podría pedir cualquier persona en cualquier barra de bar. Esta cultura de bar representa una gran familia, con historia llenas de vida y de buena fe, de todos los colores. Es una cultura que sigue existiendo, pero que hay que dejar escrita y en eso he querido colaborar yo. Al final, son un tipo de bebidas esenciales en esta cultura de bar y del cual no encuentras prácticamente información en ningún sitio.
He querido hacer un homenaje a los bares y a la cultura de bar de hace cincuenta años. Quería salir de la opción fácil y actual, y hablar de las bebidas que nadie muestra
¿Más allá de la propuesta editorial y del vínculo familiar, por qué te lanzas al mundo de los 70?
Ha sido un poco por casualidad, porque yo los 70 y 80 no los viví en persona, o cuando menos, con la conciencia llena y conocedora. En mi cabeza la idea era hacer un homenaje a los bares y a la cultura de bar de hace cincuenta años, y a la gente que pasa tantas horas detrás de una barra. Quería salir de la opción fácil y actual, y hablar de bebidas curiosas. Los combinados de los que hablo ya no se encuentran fácilmente.
¿Los cócteles de los años 70, 80 y 90 han muerto?
No. Por ejemplo, este que me he pedido como el Bloody Mary tiene una historia brutal detrás y aquí me encuentro en el 2023 cogiéndomelo en pleno corazón de Barcelona. No es que hayan muerto, sino que quizás algunos cócteles se han ido empequeñeciendo y refugiándose a una zona geográfica concreta. Por ejemplo, la Barreja en Berga, la Pomada en Menorca o el Vaca Verde en el País Vasco. Son bebidas clásicas y muy tradicionales, muy atadas al territorio, pero que todavía hoy día mantienen su esencia, sin traspasar mucho las fronteras locales.
¿Piensas que el mundo de los cócteles se encuentra muy alejado de los jóvenes?
Sí, puede ser. El mundo de la coctelería empieza a crecer ahora a Barcelona, pero sí que es cierto que es una asignatura pendiente. A pesar de tener tres de las mejores coctelerías del planeta en Barcelona, pienso que todavía falta acercarse más a los jóvenes. Los precios, la sofisticación y la elegancia son elementos que alejan este tipo de público, porque cuando tienes 18 años no buscas, entonces, eso. De hecho, normalmente tampoco puedes acceder. Por esta razón, mi éxito en las redes sociales es|está, en cierta manera, este acercamiento a los jóvenes y al transmitir la idea de cócteles sencillos, atrevidos y con mezclas que les generen confianza.
¿Cómo se explica el hecho de hablar sobre cócteles de hace medio siglo y recibir este feedback tan positivo en las redes?
Sí que es cierto que a priori puede chocar y puede parecer extraño hacer contenido sobre cócteles de hace cincuenta años y recibir estos comentarios positivos por parte, entre otros, de un público joven. Se podría decir que soy pionera en eso, sí, porque más allá de explicar unas bebidas atractivas y con sencillez, introduzco estas historias con personajes que pienso que han gustado y la gente ha entendido el porqué. Bebidas como el Torombolo, el Destornillador o el Beermut tienen este nombre con gancho y que no se encuentran en discotecas o coctelerías. Esta novedad hace captar más la atención del público, pero yo a veces todavía me pregunto por qué está funcionando tanto.
El mundo de la coctelería empieza a crecer ahora a Barcelona, pero sí que es cierto que es una asignatura pendiente. A pesar de tener tres de las mejores coctelerías del planeta en Barcelona, pienso que todavía falta acercarse más a los jóvenes
¿Cómo surge la idea de hacer tu primer vídeo?
No lo sé, exactamente. Yo siempre digo que hubo una historia de un cliente que me dejó tan parada que me llevó a la necesidad de explicarlo. Era el cóctel Vaca Verde, típico del País Vasco, y me enteré gracias a él. Yo estaba en mi bar trabajando y él comía unas tapas. Cuando acabó, me pidió una copa de menta con hielo y un vaso de leche con hielo y lo mezcló todo ante mi estupefacción. Lo quise averiguar aun me gritó tantísimo la atención de que cuando bajé la persiana aquel día, el primero que hice es coger el móvil y hacer un vídeo de aquel cóctel. Se viralizó con más de 2 millones de visualizaciones y así empezó todo. Aunque previamente había publicado algún vídeo muy esporádico, aquel recuerdo que fue el detonante y el impulso.
¿Qué significa explicar diariamente historias de bebidas de bar?
Hablar de bebidas de bar es hablar de bebidas que me han pedido y que no me han pedido, divulgar bebidas de pueblos pequeños o de grupos de amigos que me han trasladado. Quiero enseñar bebidas representativas de zonas concretas, pero también aquellas que han servido toda la vida mis abuelos y que ahora sirvo yo. Hablar de bebidas de bar es todo eso; son todas estas bebidas. He explicado muchas, pero todavía me quedan muchas más por enseñar.
¿Qué es la filosofía de bar?
Al final, la filosofía de bar es ser una gran familia. Los hostaleros pasamos muchas horas, de hecho, hacemos vida en el bar. La vida social va ligada al bar, a la gente que viene, a la historias que hay más allá de la barra. Todas aquellas historias que se pierden entre las cuatro paredes de un bar. Todo eso es la filosofía de bar.
Pero no todo debe ser coser y cantar...
No, está claro que no. A lo largo de todos estos años en el bar, evidentemente, he vivido experiencias desagradables, peleas, discusiones, pero como las puedes vivir en todas partes. Pero sí que he tenido que echar gente y, claro está, con el alcohol por el medio todo es más volátil. El bar puede hacer muy felices a las personas, pero también muy infelices.
¿Tomas alguna precaución por el hecho de publicar contenido relacionado con el alcohol?
En primer lugar, yo cuando estoy en mi bar trabajando obviamente no vendo alcohol a los clientes que no tienen la mayoría de edad. Pero sí que extiendo este discurso de vigilancia y precaución con el alcohol. Sin embargo, son muchas las ocasiones en las cuales me han acusado de hacer apología del alcohol. Evidentemente, estoy hablando de alcohol, muestro y enseño a hacer cócteles. Sin embargo, en ningún caso, quiero transmitir una apología en el alcohol ni incitar a las personas a excederse. Mi contenido es cien por cien divulgativo. Ahora bien, si un joven de 18 años decide probar un cóctel me parecería fantástico.
Me han acusado reiteradamente de hacer apología del alcohol, pero mi contenido es cien por cien divulgativo
¿Cuál es tu historia de cóctel preferida?
Diferenciaré entre lo que me gusta más a gusto y, por otra parte, mi preferido para|por la historia. Empezaré por el R. A. F., que es ginebra con coca-cola, y lo escojo porque es una combinación muy extraña y que pide a muy poca gente, todo el contrario de lo que pasaba hace cincuenta años. Entonces cuando la gente pedía un cuba libre era, precisamente esta combinación. La historia que introduce esta bebida habla de un señor que cada día venía al bar de mis abuelos y pedía siempre un gordons and coca-cola, un R. A. F., pero que en aquellos desconocía el nombre. El hombre se llama Jordi y es un señor que de bien pequeña me marcó con su ayuda para un trabajo escolar en el cual tenía que hacer una maqueta con palillo. Otra que me entusiasma es la Mezcla porque va muy ligada a la historia y la esencia del bar de mis abuelos y este componente nostálgico me gusta mucho, recordar la clientela de entonces y las anécdotas de todos los años acumulados. El último que te diría es el Lumumba, una bebida hecha a partir de brandy y batido de chocolate. Es una bebida que descubrí a un 5 de enero en una cabalgata de Reyes cuando una cliente me pidió un Lumumba me quedé alucinante y descolocada porque no lo había oído nunca. Ella me explicó lo que era y la historia de este cóctel y la relación con un primer ministro de la República Democrática del Congo. Con este potente relato surgió este cóctel en mi libro.
Haces vídeos y contenido en las redes sociales en castellano, pero el libro solo se ha publicado en catalán. ¿Por qué esta dicotomía?
Empecé a hacer los vídeos en castellano para llegar a más gente. De hecho, así me lo recomendó un amigo mío que se dedica al mundo de las redes. Yo me siento mucho más cómodo hablando en catalán, pero si lo hacía en castellano podría llegar a más gente. Me dejé guiar por eso, simplemente. Por otra parte, un día me pica en la puerta el editorial Penguin Random House y me propone hacer un libro en catalán. Acepto encantada de hacerlo, independientemente de si tiene que ser en catalán o castellano.
¿Has pensado el hecho de que publicar en catalán puede hacerte perder seguidores?
Sí que es un poco complicado a la hora de plantear como difundir la publicación de este libro, el hecho de explicar cosas en catalán y de otros en castellano. Pero el recibimiento ha sido muy positivo. De hecho, hay un chileno que ha comprado mi libro y no sabe mucho catalán. Eso simboliza el hecho de que no tendría que ser un problema si publico en catalán o castellano. Si eres castellanohablante y no te gusta... Ya te digo, porque hay extremismos. Quizás me pongo a hacer uno directo en TikTok en catalán y me critican. Pero también recibo hate por parte de los catalanohablantes si hablo en castellano. Son extremismos, y desde mi punto de vista, no son buenos.
Tienes más de 100K seguidores en Instagram y 400K en TikTok. ¿Qué crees que es lo que gusta tanto?
Supongo que los ingredientes principal son el contenido y yo. Es decir, la manera en que lo explico y lo transmito es la clave. La sencillez, la naturalidad y el hecho de hacer un contenido muy original son los elementos que hacen que tenga éxito a las redes sociales. Este aspecto diferenciador y la manera de explicarlo fácil ayuda a tener los seguidores que tengo. Actuar normal y no hacer ningún papel es un valor añadido. Además, recibo muchos mensajes de todas partes con un feedback muy positivos y es muy bestia porque no estoy acostumbrada.
Si eres castellanohablante y no te gusta que publique en catalán, eres un extremista
¿Cómo describirías el mundo de los cócteles?
Es un mundo muy sofisticado, para gente adulta a partir de los 30 años. El cóctel siempre va acompañado de una conversación con alguien, no es solo un cóctel y ya está. Por lo tanto, es una bebida para pasar un rato de conversación, y eso se aleja de la concepción de los jóvenes cuando salen de fiesta. Ellos no pretenden disfrutar tanto de la conversación, sino más de bailar y beber. En cambio, el cóctel te traslada a un ambiente más relajado, pausado. Además, el cóctel es una bebida de noche, pero también de día y eso hace que cada vez esté más de moda, aunque es un mundo que no tenemos todavía muy impregnado.