El pan con tomate es una de las joyas de la cocina catalana, un plato sencillo pero cargado de tradición y sabor. Sin embargo, en los últimos años, la popularización de versiones alternativas ha suscitado una gran indignación entre los catalanes puristas que defienden la receta original. Aquí exploramos tres de las versiones del pan con tomate que más han generado controversia.

Esto no es pan con tomate

1. Pan con tomate y aguacate

La primera versión que ha causado revuelo es el pan con tomate y aguacate. Este giro moderno ha llegado con la popularidad del aguacate como superalimento. Mientras que el aguacate puede ser delicioso en muchas preparaciones, su inclusión en el pan con tomate es vista por muchos catalanes como una herejía culinaria. Para ellos, el aguacate no solo altera el sabor tradicional, sino que también desvirtúa el carácter auténtico del plato. La receta clásica se basa en la sencillez del tomate, el pan y el aceite de oliva; cualquier adición más parece una invasión a la pureza del plato.

Tostadas con aguacate / Foto: Unsplash

2. Pan con tomate y queso de cabra

Otra versión polémica es la que incorpora queso de cabra al pan con tomate. Aunque el queso de cabra puede aportar una textura interesante y un sabor fuerte, para muchos catalanes esta variación es un sacrilegio. El pan con tomate original se caracteriza por su simplicidad, y la adición de ingredientes como el queso, especialmente uno con un perfil tan distintivo, altera el equilibrio de sabores que define al plato.

Tostadas con queso de cabra / Foto: Unsplash

En este caso, la controversia no solo se centra en la alteración del sabor, sino en la idea de que el queso de cabra puede opacar el protagonismo del tomate, el cual debería ser el verdadero héroe del plato.

El pan con tomate original se caracteriza por su simplicidad

3. Pan con tomate y jamón ibérico de alta gama

La tercera versión que ha generado debate es la que utiliza jamón ibérico de alta gama como acompañamiento. Aunque el jamón ibérico es un manjar muy apreciado en la gastronomía española, su inclusión en el pan con tomate es vista por algunos como una forma de elitismo culinario. Los puristas argumentan que el pan con tomate debe ser accesible y reflejar una comida humilde, sin adornos lujosos. Incorporar jamón ibérico, aunque delicioso, añade un nivel de sofisticación que, para los defensores del pan con tomate clásico, desvirtúa el propósito de un plato que debería ser sencillo y modesto.

Estas versiones alternativas del pan con tomate han encontrado su lugar en diversos menús y han sido abrazadas por algunos como innovaciones culinarias. Sin embargo, para muchos catalanes, estos cambios representan una amenaza a la esencia de un plato profundamente arraigado en su cultura. La indignación que generan refleja la pasión por preservar las tradiciones culinarias y el respeto por las raíces que definen la identidad gastronómica catalana.