La Navidad, si bien es una época vacacional muy especial desde el punto de vista familiar y social, puede entrañar riesgos para nuestra salud, debido a la frecuencia con la que, durante esos días, los hábitos saludables son sustituidos por costumbres mucho menos convenientes: desde un aumento del consumo del alcohol y el tabaco, al abandono del ejercicio físico o la ingesta de menús y alimentos hipercalóricos.
En general, en estas fechas, nos decantamos por menús y recetas más elaborados, que a menudo incluyen en su composición salsas o ingredientes ricos en grasas y azúcares. Igualmente, son frecuentes los dulces y los postres, así como los aperitivos antes de comer que incluyen frituras o cócteles, poco recomendables.
En Navidad nos decantamos por menús y recetas más elaborados
Pero con el nuevo año, son muchas las personas que deciden dar un giro a su dieta. Si es tu caso, te damos algunos consejos básicos para cuidar de tu alimentación desde ya:
1. Incluye frutas y verduras todo el día
Desde siempre se ha dicho que las frutas y verduras son indispensables para una dieta sana. Y es 100% cierto. Pero para poder tomar estos alimentos de forma recomendada, lo mejor es tener en cuenta lo siguiente:
- Vegetales: Deben formar siempre parte de tus comidas. De hecho, se recomienda que la mitad de tu plato contenga vegetales.
- Frutas: Tienes que tomarlas también a diario, pero se recomienda tomarla en el desayuno y entre horas. Evítalas como postre, porque son muy ricas en azúcares simples.
2. El plato inteligente para aprender a comer bien
Controlar las raciones es, también, esencial para que puedas comer de forma sana. De hecho, existe un «plato inteligente» que consiste en dividir las porciones de las comidas de la siguiente manera:
- 50% vegetales
- 20% proteínas
- 20% carbohidratos complejos
- 5% grasas buenas (aceite, oliva, aguacate, salmón, etc.)
3. Planifica tu menú semanal y tu compra
¿Cuántas veces has ido a la nevera y has pensado «Y hoy qué como»? Es algo muy común y, esto, puede hacer que termines llamando a un restaurante de comida rápida o preparándote cualquier comida precocinada. Lo mejor es que te diseñes un menú semanal, que sea equilibrado y en el que, un día de la semana, tengas más libertad (por ejemplo, el sábado o el domingo). Este menú te ayudará a saber qué comer y qué cenar cada día, así como a diseñar un menú saludable y, por supuesto, tener la lista de la compra lista cada semana.
4. La importancia de beber agua
Y, por supuesto, cuando comemos debemos, también, acompañar nuestras comidas con agua. Hace unos años surgió una leyenda urbana que decía que beber agua comiendo engorda. Error. No engorda. El agua no tiene calorías, por tanto, desterremos este mito ya mismo. Tenemos que acompañar nuestras comidas con agua y, de hecho, se recomienda tomar 2 litros diarios para que nuestro cuerpo esté bien hidratado, para eliminar la acumulación de toxinas y para evitar la retención de líquidos. El agua nunca puede faltar en una alimentación sana.