Las normas de seguridad alimentaria son fundamentales para prevenir enfermedades transmitidas por alimentos y evitar la contaminación cruzada en nuestras cocinas. Los expertos en salud pública recomiendan seguir cuatro reglas básicas para garantizar que los alimentos sean seguros para su consumo: limpiar, separar, cocer y enfriar. Estas prácticas no solo reducen el riesgo de contaminación, sino que también garantizan que los alimentos mantengan su calidad y frescura por más tiempo.

Las normas de seguridad alimentaria

La limpieza es el primer paso fundamental en la seguridad alimentaria. Esto implica no solo lavar los alimentos, sino también desinfectar las superficies, utensilios y manos antes, durante y después de manipular cualquier tipo de comida. Las bacterias y otros patógenos pueden transferirse fácilmente de superficies sucias a los alimentos, lo que aumenta el riesgo de enfermedades. Es importante lavar frutas y verduras bajo agua corriente antes de su consumo, incluso si se van a pelar, para eliminar posibles residuos de tierra y pesticidas. Además, las tablas de cortar, cuchillos y otros utensilios deben limpiarse con agua caliente y jabón después de estar en contacto con alimentos crudos.

dinh ng 2Cc0KnE3lCs unsplash
Cocina limpia / Foto: Unsplash

La segunda norma es mantener los alimentos crudos, como carne, pescado y huevos, separados de los alimentos cocidos o listos para comer. Esto previene la contaminación cruzada, que ocurre cuando los patógenos de los alimentos crudos contaminan otros alimentos. Usar tablas de cortar diferentes para alimentos crudos y cocidos es una medida eficaz. También es importante almacenar los alimentos crudos en la parte inferior del refrigerador, en recipientes cerrados, para evitar que los jugos se derramen sobre otros alimentos.

Las bacterias pueden multiplicarse rápidamente a temperaturas entre 4 °C y 60 °C

Cocinar los alimentos a la temperatura adecuada es esencial para destruir bacterias y otros microorganismos dañinos. Cada tipo de alimento tiene una temperatura mínima interna que debe alcanzarse para garantizar que sea seguro consumirlo. Por ejemplo, el pollo debe cocinarse a 75 °C para matar cualquier bacteria presente. Utilizar un termómetro de alimentos es una herramienta valiosa para asegurarse de que la comida se haya cocido correctamente. No solo garantiza la seguridad alimentaria, sino que también mejora la textura y sabor de los platos.

becca tapert XQucZO9QTOY unsplash
La cocción es otro proceso importante / Foto: Unsplash

La última norma es enfriar los alimentos de manera adecuada y oportuna. Las bacterias pueden multiplicarse rápidamente a temperaturas entre 4 °C y 60 °C, conocidas como la "zona de peligro". Por lo tanto, es esencial refrigerar los alimentos perecederos dentro de las dos horas posteriores a su preparación para reducir el riesgo de intoxicación alimentaria. Los restos deben almacenarse en recipientes herméticos en el refrigerador y consumirse dentro de un tiempo razonable, generalmente entre tres y cuatro días. Para conservar alimentos por más tiempo, la congelación es una opción efectiva.

Siguiendo estas cuatro normas: limpiar, separar, cocer y enfriar, se puede reducir de manera significativa el riesgo de contaminación cruzada y garantizar la seguridad de los alimentos que consumimos diariamente.