Los concursos de queso son acontecimientos esperados con ansias por los aficionados y expertos de la gastronomía por todo el mundo. Cada año, quesos de todos los rincones del planeta compiten para el codiciado título de "Mejor Queso del Mundo" o de cualquier país o región. Sin embargo, detrás de estos glamurosos certámenes, se esconde una verdad que pocos conocen: la subjetividad inherente al juicio y la variedad infinita de sabores hacen que determinar un verdadero campeón sea una tarea casi imposible. El copropietario de Llet Crua, Xevi Miró, nos habla de los mejores quesos del mundo, los ganadores del jurado y de más cosas en el capítulo de esta semana. ¡Vamos a ello!
"¿Existe el mejor queso del mundo?", se pregunta el experto. "Hay concursos por todas partes: mundiales, españoles, catalanes... y todos estos quesos a mi delantera han ganado premios en varias competiciones", explica. "¿Eso quiere decir que son los mejores quesos que hay? Rotundamente no, ya que lo único que significa es que son los mejores que se presentaron aquel día y en aquel concurso concreto", señala el quesero catalán.
Uno de los retos más grandes en los concursos de queso es la variedad de sabores que se presentan. Cada queso es único, con perfiles de sabor que pueden variar significativamente el uno del otro. Los jueces, aunque entrenados para identificar características específicas y cualidades superiores, están sujetos a sus gustos y preferencias. Un queso azul con un sabor fuerte y penetrante puede ser una comida para algunos y un exceso para otros. Un suave brie puede ser considerado sublime por un grupo y demasiado sutil por otro. Es prácticamente imposible comparar de manera objetiva un queso de cabra fresco con un parmesano añejo, o un camembert cremoso con un Gouda madurado. Cada uno tiene su propio encanto y características únicas, cosa que hace que la competencia sea intrínsecamente desigual.
El contexto y la experiencia del degustador
Otro factor que complica la evaluación es el contexto y la experiencia del catador. La percepción del sabor puede estar influenciada por múltiples factores, como el estado de ánimo, el entorno, e incluso aquello que se haya comido antes. Un queso degustado en una feria en Francia puede tener un gusto y sabor diferente cuando se come en una cata tranquila en Italia. Además, la memoria gustativa de cada persona es diferente, cosa que añade otra capa de subjetividad al juicio.
"Con toda esta subjetividad y variedad, surge una verdad ineludible: el mejor queso del mundo es el que más te guste a ti", sentencia Xevi Miró. Da igual cuántos premios haya ganado un queso o cuántos expertos lo consideren el mejor, si no te gusta, no será tu favorito. Los concursos pueden servir como una guía y una plataforma para descubrir nuevos sabores, pero al final del día, el gusto personal es aquello que realmente importa.
El arte del queso es una celebración de la diversidad y la creatividad. Cada región, cada productor y cada variedad tiene alguna cosa única por ofrecer. Así que, en lugar de buscar el "mejor queso del mundo" según los jueces, busca el queso que te haga sonreír y disfrutar. Este, sin duda, será el verdadero ganador para ti. Los concursos de queso son fascinantes y ofrecen una ventana en el mundo increíble de este producto artesanal. Sin embargo, la subjetividad del gusto humano significa que no hay un verdadero campeón universal. Cada paladar es un universo en sí mismo, y el mejor queso es aquel que consigue conquistarlo. Así que la próxima vez que te enfrentes a una tabla de quesos, recuerda: escoge el que más disfrutes, porque este es, según tu opinión, el mejor queso del mundo.