Las recetas con mejillones dan mucho juego, porque tanto si son mejillones frescos como mejillones en conserva, los mejillones son muy versátiles y permiten muchísimos platos llenos de sabor. Los mejillones se pueden comer al vapor, en salsa, fritos, en cremas, empanadas y en mil preparaciones más, y en España además contamos con zonas donde los mejillones tienen una altísima calidad, como los mejillones gallegos, con un alto contenido en vitaminas, aminoácidos y minerales, por lo que son muy beneficiosos para la salud.
España cuenta con zonas donde los mejillones tienen una altísima calidad
Te compartimos 2 recetas distintas para que puedas disfrutar de unos buenos mejillones cuando te apetezca.
Mejillones con salsa brava:
Ingredientes
- 500 g de mejillones cocidos en su jugo
- 200 g de tomate frito
- 2 dosis de perejil troceado
- 2 dosis de ajo troceado
- 125 g de cebolla troceada
- Mezcla 5 pimientas
- Chorro de vino blanco
- 1 guindilla cayena
- Aceite de oliva virgen extra
Preparación:
- Descongela los mejillones en el microondas durante 3,5 minutos a media potencia. Sólo ha de descongelarse el líquido de cocción.
- Calienta una sartén con un poco de aceite y añade la cebolla y el ajo directamente congelados; posteriormente, añade la guindilla.
- Cuando la cebolla haya cogido color, añade el chorro de vino y deja que evapore el alcohol.
- Añade el tomate triturado, deja que se cocine durante unos minutos y añade los mejillones con parte de su caldo, previamente colado.
- Deja que se caliente todo junto, condimenta con pimienta y añade el perejil directamente congelado.
Nota: Si deseas puedes triturar la salsa antes de añadir los mejillones.
Mejillones a la marinera:
Ingredientes:
- 2 kg de mejillones
- 2 hojas de laurel
- 2 cebollas medianas muy picadas
- 1 1/2 cucharadas de harina de trigo
- 200 ml de vino blanco
- 1/2 guindilla
- 1 vaso de caldo colado de la cocción de los mejillones
- 1 cucharada sopera de tomate concentrado
- Perejil fresco picadito
- Sal y pimienta negra
- Aceite de oliva virgen extra
Preparación:
- Inicialmente, limpiamos bien los mejillones, retiramos las barbas (los pelos que salen de cada una de las conchas).
- Los pasamos por debajo del agua y a la cazuela, agregamos una hoja de laurel y dos vasos de agua y al fuego, tapamos la olla. Cuando llegue a punto de ebullición el agua que hemos puesto y con el vapor generado veremos que todas las conchas se abren, apagamos el fuego (si algún mejillón no abre, lo tiramos, no sirve). Dejamos enfriar un poco y colamos el caldo y lo reservamos. Vamos colocando los mejillones en la mitad de la concha, la otra mitad la tiramos. Reservamos
- Mientras vamos con la salsa.
- Ponemos en una sartén con tres cucharadas de aceite la cebolla, espolvoreamos sal y dejamos que a fuego medio-bajo para que vaya evaporando agua y se vuelva cristalina y tome apenas color.
- Arrimamos la cebolla a un lado de la sartén y en el centro ponemos la harina, la revolvemos un poco con una cuchara de madera para tostarla y que pierda ese sabor de harina cruda, a continuación, agregamos el vino, revolvemos bien con varillas para que la harina se vaya integrando, añadimos también un vaso de caldo colado de la cocción de los mejillones, la guindilla, el concentrado de tomate, la sal y un poco de pimienta de molinillo, revolvemos todo y dejamos a fuego medio-bajo unos minutos hasta que la veamos espesita y casi en su punto, probamos por si le hiciese falta un poco más de sal.
- Añadimos ahora un ramillete de perejil fresco muy picadito, revolvemos y apagamos el fuego, el perejil no hay que cocerlo para que no pierda el sabor, con el propio calor de la salsa ya es suficiente. Retira la guindilla.
- Ahora ponemos una cucharadita de salsa en cada mejillón, regamos con aceite de oliva virgen extra, espolvoreamos perejil picado y servimos.
- Acompañamos el resto de la salsa en salsera para que los comensales se sirvan más si quisieran.