Como todo lo bueno y especial en esta vida, las alcachofas se hacen de rogar. Son bonitas (crudas y cocinadas), tienen un sabor intenso, riquísimo y, además, son súper saludables. Sus propiedades nutricionales son muy interesantes, sobre todo en estas fechas en las que seguimos lamentando los excesos de la Navidad y la lucha con la báscula todavía no ha llegado a una tregua. El “pero” de esta interesante verdura es que no es fácil de preparar o, simplemente, que nos da miedo enfrentarnos a ellas. Por eso, es más fácil ver alcachofas en la mesa de un restaurante que en las cestas de la cola del supermercado.

El truco para cocinar las mejores flores de alcachofa

El principal problema que surge cuando intentamos preparar alcachofas en casa es que nos quedan duras y secas. Por eso, esta receta lo va a cambiar todo. Olvida la clásica preparación de cocerlas en agua unos minutos para luego terminar en la plancha. Manchas dos utensilios y el resultado no es el que esperabas. Para lograr que esta bonita verdura te quede jugosa y llena de sabor, el truco está en darle mucho tiempo y también mucho aceite. Y es que la receta perfecta no incluye ni la palabra hervir ni saltear, el concepto clave es confitar.

El concepto clave es confitar las flores de alcachofa / Foto: Freepik

Los pasos a seguir son, primeramente, con los corazones de alcachofa limpios, llenamos una pequeña sopera con bien de aceite de oliva (luego se puede reciclar). Es necesario que se puedan sumergir por completo. El fuego debe estar a nivel medio, que esté muy caliente, pero no llegue a freír. Así se quedarán unos 30 minutos. Puedes ir pinchando con un cuchillo hasta que veas que está tierno. Luego, saca los corazones y deja que enfríen un poco antes de abrir las flores con las manos.

Ve dándoles forma con las manos con cuidado de no romperlas. Mientras, retira la mitad del aceite y sube el fuego para darles un último golpe de calor a las alcachofas. Procura que queden con el tallo hacia arriba para que se cocinen bien. Con 5 minutos suele ser suficiente para lograr ese toque crujiente, si las dejas más pueden tostarse demasiado. Sírvelas en un plato con un poco de sal gruesa y los “toppings” que te pida el cuerpo. Están deliciosas tal cual, pero seguro que a nadie le molestan unos taquitos de jamón salteados o unas láminas de foie.

Flores de alcachofa / Foto: Freepik

El único consejo es no ser rácano

Llegar hasta aquí puede ser fácil y sabemos que la parte más complicada o que más miedo da es la de limpiar las alcachofas. Aquí el único truco es no ser rácano. Hay que quitar capas sin miedo. Primero cortar el tallo y también la parte de arriba y arrancar, hoja a hoja, casi la mitad de la alcachofa sin miramientos. La parte más tierna es el corazón y hasta ahí hay que llegar retirando las hojas con pequeños movimientos hacia abajo. Sí, se tira media verdura, por eso es importante comprar por piezas y olvidarte del peso a la hora de calcular las raciones.