Si hay un electrodoméstico que ha revolucionado las cocinas en los últimos años, ese es la freidora de aire. Lo que comenzó como una novedad se ha convertido en un fenómeno que parece no tener fin, una moda que no se pasa y una publicidad que no deja de acosar a quienes se resisten a comprar un aparato más. Recetas en redes sociales, recomendaciones de influencers, amigos que han sucumbido y no hay otro tema de conversación, promociones y ofertas imbatibles…
3 razones por las que no merece la pena comprar la freidora de aire
Promete cocinar con menos aceite, lograr texturas crujientes y ser el aliado perfecto para una alimentación más saludable. Pero, ¿es tan buena como la pintan? Antes de caer en la tentación de sumar una freidora de aire en tu cocina, es importante evaluar los pros y los contras y ver si realmente se ajusta a tus necesidades o si es otro electrodoméstico que terminará acumulando polvo. Aquí tienes tres razones para pensártelo dos veces antes de comprarla.
Son un armatoste
Inexplicablemente, la cocina suele ser uno de los espacios de la casa que siempre está al límite de su capacidad. Por lo tanto, antes de meter un electrodoméstico más hay que pensarlo mucho. Ante una cocina repleta de cosas, añadir una freidora de aire puede ser más un problema que una solución. Aunque muchas marcas prometen versiones compactas, la realidad es que estos aparatos ocupan bastante sitio en la encimera o en los armarios. Además, su capacidad suele ser limitada.
Es cierto que funcionan bien para raciones pequeñas, como una comida para una o dos personas, pero no son ideales para familias grandes o cenas con amigos. Si quieres preparar un pollo entero o una cantidad generosa de patatas fritas, probablemente tendrás que hacerlo en varias tandas, lo que termina siendo menos eficiente que usar el horno.
No es tan sana como promete
Una de las mayores promesas de la freidora de aire es que permite cocinar de manera más saludable, pero esto no siempre es cierto. La mayoría de las recetas que más dan que hablar están pensadas para alimentos rebozados, precocinados o ultraprocesados, como nuggets, croquetas congeladas o patatas fritas. No vamos a negar que, al cocinar con menos aceite, es una versión más sana, pero esto no quiere decir que sea sano. Uns nuggets congelados no son una buena opción, lo cocines en una freidora industrial o una freidora de aire último modelo.
Cocinar a la plancha, al vapor o al horno sigue siendo una opción mucho más saludable. Y cabe recordar que lo importante no es quitar aceite al rebozado, sino incorporar más vegetales y proteínas frescas a tu dieta. Al final, la freidora de aire tiende a promover un consumo mayor de este tipo de alimentos que no son precisamente el pilar de una alimentación equilibrada.
Un segundo horno
¿De verdad necesitas otro electrodoméstico? Si tienes un horno, ya tienes una herramienta que cumple prácticamente las mismas funciones que una freidora de aire, y además lo hace a mayor escala. Aunque la air fryer puede ser algo más rápida, la diferencia no es tan significativa como para justificar su compra. Es más, con un horno puedes cocinar lo mismo que en la freidora de aire, pero en mayor cantidad. Sí, las croquetas congeladas y las empanadillas se pueden cocinar en el horno y quedan incluso más crujientes que en el aparato de moda.