Los frutos secos son considerados como un extra dentro de la dieta. Sin embargo, actualmente, han ganado protagonismo como a recurso para aperitivos o 'matar' el hambre. Los frutos secos están constituidos por una gran variedad de productos vegetales, desde las nueces hasta los anacardos. La mayor parte de los frutos secos tienen un contenido rico en minerales. Entre estos minerales destaca el potasio, magnesio, calcio y fósforo. Además, contienen abundantes oligoelementos, como el selenio o el cinc.

Los mejores frutos secos según la ciencia

Por otra parte, también aportan muchas calorías, ya que contienen grasas en abundancia, aunque en cierta forma, además, contienen proteínas. Estas grasas no son del todo perjudiciales, ya que predominan los insaturados, muy presentes en aquellos de origen vegetal, entre los cuales se incluyen ácidos grasos beneficiosos. En relación con este contenido de grasas sanas que influyen de manera positiva sobre el perfil lipídico y, además, de otros ácidos grasos también adecuados, se ha llegado a defender el consumo razonable para ayudar a controlar los niveles de colesterol.

Enfermedades óseas: piñones y almendras

Las almendras son los frutos secos que más calce aportan, en concreto 269 mg cada 100 g. Por lo tanto, son una buena opción para complementar o incrementar los niveles de este mineral y prevenir la osteoporosis o combatir las molestias óseas. Por su parte, los piñones contribuyen con interesantes cantidades de cinc, 6,45 g cada 100 g, cosa que ayuda en la formación y la mineralización de los huesos y articulaciones.

Tráfico intestinal: nueces y pistachos

La escasez de fibra es, junto con una ingesta inadecuada de agua y el sedentarismo, una de las causas principales de estreñimiento. Con un 10,6% de este nutriente, los pistachos son buenos amigos del buen funcionamiento de los intestinos. Muy de cerca le siguen las nueces, que aportan un 6,5%, cosa que las convierte en buenas enemigas del estreñimiento.

Colesterol: avellanas, nueces y almendras

Estos frutos secos tienen el poder de contribuir a la mejora de la salud cardiovascular. Resultan ricos en ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, a los cuales ayudan a mantener la salud de los vasos sanguíneos y a controlar los niveles de colesterol. Las más destacadas desde el punto de vista nutricional son las nueces, ya que son el único fruto seco que aporta cantidades importantes de omega-3. Este ácido graso es importante porque ayuda a reducir los niveles mencionados de colesterol y de triglicéridos, así como a rebajar la presión arterial. Las avellanas y las almendras minoran los niveles de lípidos en sangre y homocisteína, un aminoácido que en grandes cantidades perjudica el revestimiento de las arterias y aumenta el riesgo de bloqueo de los vasos sanguíneos.