En el Mediterráneo hay 150 especies de gamba. Todas ellas repartidas por las costas de diferentes países y con unas propiedades que las hacen diferentes del resto. Pero hay una que destaca especialmente y que solo se pesca en Catalunya; concretamente, en la Costa Brava. La gamba roja de Palamós es la mejor y de más calidad de todo el Mediterráneo. Tiene unas características únicas que la hacen ideal para la gastronomía del más alto nivel. Un producto excelente que hoy te explicamos como llega desde el mar, directamente en tu mesa de Navidad.
El barco de pesca centenario
Solo hay un barco con autorización y capacidad para pescar y envasar directamente la gamba de Palamós. Se trata del Bonomar F, un buque de última generación que, a través de la técnica de arrastre, pesca y mantiene frescas las gambas desde el mismo momento en el cual se capturan. Se trata de una de las pocas embarcaciones de todo el Mediterráneo que cuenta con Registro Sanitario, una autorización que certifica la higiene a bordo y que le permite envasar el producto directamente en medio del mar. Un innovador sistema de conservación en frío permite que la gamba se mantenga fresca y no pierda ni una brizna de calidad. Calidad que, aunque se pueda dar por sentada, siempre se tiene que ratificar una vez el producto llega a la lonja.
Se trata de una de las pocas embarcaciones de todo el Mediterráneo que cuenta con Registro Sanitario, una autorización que certifica la higiene a bordo y que le permite envasar el producto directamente en medio del mar
El santuario del buen pescado
Como cualquier producto que venga del mar, la gamba tiene que pasar por la lonja antes de poder comercializarse. Además de asignarle un precio, el control de calidad de la gamba de Palamós distingue los ejemplares en tres categorías diferentes: media: 56-70 piezas / kg; grande: 33-55 piezas / kg: extra: 19-32 piezas / kg. Los ejemplares más pequeños se ponen a la categoría de 'gamba pequeña'. Cuanto mayor sea la gamba, más cara será. Una vez superado el importantísimo trámite de la lonja, las gambas se envían directamente al consumidor. Ya sea en el escaparate de una pescadería o en el congelador de un restaurante, los ejemplares de gamba viajan a su destino final, envasadas de manera que mantengan todas las propiedades de una buena gamba fresca. Ahora por Navidad es cuando más marisco se consume, especialmente de gamba de Palamós. Un producto con sello de calidad, que cuenta con embajadores por todo Catalunya; restaurantes en los cuales se certifica el origen y la trazabilidad del producto, para afianzar la confianza del consumidor y consolidar la calidad extraordinaria de uno de los productos más famosos de nuestro país.