Tal día mañana, pero de hace 150 años, nacía en Manresa Ignasi Domènech i Puigcercós, el catalán que se acabaría convirtiendo en uno de los cocineros más influyentes del primer tercio del siglo XX y en un pionero de la divulgación gastronómica en el estado. Una figura de nuestra cocina mucho menos conocida de lo que se merece y que hoy homenajeamos haciendo un pequeño viaje a través de su vida gracias a la biografía de Salvador Redó i Martí publicada en la Real Academia de la Historia. Celebramos el aniversario del gastrónomo catalán más importante y precursor de un movimiento que nos ha llevado donde estamos.

Pobre, huérfano y lleno de talento

Ignasi Domènech i Puigcercós nació en una familia humilde de Manresa. Su padre era carpintero y su madre, también de clase humilde, murió poco después del parto. Con diez años ya trabajaba en la industria textil y al cabo de unos años descubrió su pasión por la cocina en la fonda que regentaban sus tíos. Fue a partir de las recetas de su tía que Domènech se interesó por la compilación y difusión de la cocina catalana.

Retrato de Ignasi Domènech. / Foto: Cedida

Domènech cocinó para grandes personalidades como Enric Granados o Santiago Rusiñol

Su carrera como cocinero empezó a los 14 años, cuando se fue a Barcelona para trabajar en diferentes establecimientos. Ingresó en la asociación de cocineros la Artística Culinaria y pasó por cocinas del Llobregat y la Cerdanya. Durante esta etapa, el joven Domènech cocinó para grandes personalidades como Enric Granados, Santiago Rusiñol, Víctor Balaguer o Josep Antoni Barraquer, entre otros. A los 18 años se marchó a Madrid para continuar su formación en restaurantes de la capital del estado y de Burgos, donde también empezaría a impartir clases de cocina a las señoras de la alta sociedad castellana. Un año más tarde, hizo el salto internacional, primero en París y después en Londres.

El periplo internacional

En París, Domènech empezó en el restaurante Royale como cocinero encargado de platos típicos españoles. Un restaurante que contaba con clientes habituales de la talla de Oscar Wilde, André Gide o Paul Valéry. Fue entonces que el cocinero catalán conoció a Pierre Lacan, editor de la revista 'La Cuisine française et étrangère' para la cual escribió algunos artículos. Un primer contacto con la divulgación gastronómica que ya no abandonaría nunca.

Fue escogido para trabajar con Auguste Escoffier, el cocinero más importante de la época

El apellido Domènech empezaba a tener tal renombre en las altas esferas de la gastronomía francesa que el catalán fue uno de los tres chefs escogidos por la Sociedad de Cocineros de París el año 1898 para trabajar en el Hotel Savoy de Londres con el cocinero más importante de la época, Auguste Escoffier. Un punto de inflexión que lo llevó de nuevo a Madrid con solo 25 años y una gran experiencia a la espalda. En la capital española trabajó para importantes personalidades de la aristocracia y la clase política y militar antes de casarse con Nieves Montero en 1899.

Un gran divulgador

La primera obra publicada por Domènech fue 'La Gastronomía', una recopilación de recetas y técnicas aprendidas al lado de Escoffier. En 1906 aparecía el primer número de la revista 'El Gorro Blanco' y el año siguiente conseguía el primer reconocimiento a su tarea editorial de la mano de la 'Exposition Internationale Culinaire d'Alimentation et d'Hygiène' de París. En 1912 recibía la Medalla de Oro de la Asociación de Propietarios Fondistas de Catalunya y a partir de entonces siguió publicando varias obras importantes.

La Academia Catalana de Gastronomía homenajeaba Domènech el año 2017. / Foto: Interprovecho

Obra escrita y publicada en catalán que recogía las recetas originales de sus tíos en Manresa

A mediados de 1923, la familia Domènech - Montoro se mudó a Barcelona para seguir con el trabajo que el cocinero llevaba a cabo en otras empresas —además de las cocinas y las imprentas— y cofundó la editorial Quintillà-Cardona, en la cual publicó el resto de sus obras. Algunas de las más destacadas fueron 'Nuevas conservas y dulces' en 1923, con 18 reediciones hasta el año 2005, y 'La Teca', obra escrita y publicada en catalán que recogía las recetas originales de sus tíos en Manresa, de las fondas en las cuales trabajó en Barcelona y de todos los platos que aprendió en las cocinas del Bages, el Llobregat y la Cerdanya.

Domènech escribió un total de 30 obras durante casi medio siglo de actividad. Murió en Barcelona en 1956 y se ha convertido en un referente de la cocina y la divulgación gastronómica en nuestro país. Un nombre que conviene recordar para saber cuáles son los orígenes del buen estado de salud en qué se encuentra hoy en día el panorama culinario catalán.