Tenemos claro que hacer la compra en el supermercado es sujeto de estudio constante. Sabemos que la música influye o que la altura en la cual se encuentran ciertos alimentos o el orden de los pasillos no son fenómenos al azar, sino que están controlados por expertos para fomentar comprar más. Esta podría ser la cara oscura o más maquiavélica contra la que luchan personas como la investigadora del Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries (IRTA) Mar Giró Candanedo. Hace pocos días que ha defendido en la Universitat de Girona (UdG) su tesis doctoral titulada “Development and application of new strategies to facilitate informed consumers' food choices”, un estudio que busca cómo mejorar la información alimentaria para que los consumidores puedan tomar decisiones más informadas y saludables. La tesis ha obtenido la mención Cum laude y la mención de doctorado internacional.

Hacer la compra en el supermercado: decisiones más informadas

La investigación analiza los factores que influyen en la selección de alimentos desde tres perspectivas: personal, de producto y de entorno. El estudio plantea que las decisiones alimentarias tienen un papel fundamental en la salud y el bienestar de la población. Cada día, las personas hacen múltiples elecciones sobre las que comer, y optar por opciones más conscientes y saludables puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades crónicas. Según este trabajo, hay tres grandes factores que influyen: el personal, como el conocimiento nutricional, la percepción del etiquetado o los hábitos de consumo; los relacionados con el producto, como la composición nutricional, y los del entorno de compra, como la presentación de los productos en las tiendas.

supermercado interior efe
Clientes haciendo la compra en el supermercado / Foto: EFE

En el primer estudio, Giró analizó cómo el conocimiento y la percepción del etiquetado nutricional influyen en la elección de alimentos. Los resultados pusieron de manifiesto la necesidad de sistemas más claros y accesibles para el consumidor. En la segunda parte de la investigación, se desarrollaron estrategias para mejorar la información sobre los productos. Se estudió, por ejemplo, cómo tecnologías no destructivas pueden garantizar un etiquetado nutricional más preciso y fiable en productos con declaraciones como “reducido en sal”. También se evaluaron dispositivos para verificar el frescor del pescado, aportando más transparencia y seguridad al consumidor. Finalmente, se diseñaron nuevos sistemas de etiquetado que implicaran directamente al consumidor, con el objetivo de mejorar la comprensión y facilitar una toma de decisiones más informada.

Hacia un etiquetado más claro y útil

La última fase de la investigación puso a prueba estas estrategias en entornos de compra simulados. Los resultados demostraron que sistemas de etiquetado mejor diseñados pueden facilitar la comprensión de la información nutricional y, por lo tanto, promovieron decisiones más conscientes. Las conclusiones de la tesis no solo son útiles para los consumidores, sino también para gobiernos, administraciones, productores y otros agentes de la cadena alimenticia. Aportan herramientas para mejorar la información proporcionada a los consumidores y hacerla más transparente, contribuyendo así a una industria alimentaria más clara y fiable.