Hacer patatas fritas como las de bolsa en casa es sencillo y resulta en un snack delicioso que puedes preparar con ingredientes básicos. Aunque las patatas fritas industriales suelen ser crujientes y sabrosas gracias a procesos y aditivos específicos, con algunos trucos puedes lograr una textura muy similar en tu cocina.

Hacer patatas fritas como las de bolsa en casa

Para hacer estas patatas fritas necesitas pocos ingredientes: patatas (una variedad firme como Kennebec o Monalisa es ideal), aceite para freír (el de girasol es adecuado por su sabor neutro y alto punto de humo), y sal. Puedes añadir especias opcionales, como pimentón o pimienta, si deseas darles un toque especial.

¿Quién se resiste a unas patatas? / Foto: Unsplash

Primero, lava bien las patatas y pélalas para evitar que la piel altere la textura final. Para conseguir el grosor ideal, utiliza una mandolina, un utensilio que permite cortar rodajas finas y uniformes, clave para que queden crujientes. El grosor debe ser aproximadamente de uno a dos milímetros. Si las haces más gruesas, quedarán menos crujientes y más parecidas a las patatas de guarnición. Una vez cortadas, pon las rodajas en un bol con agua fría y déjalas reposar durante al menos media hora. Este paso es esencial, ya que ayuda a eliminar el exceso de almidón, evitando que las patatas se peguen y dándoles una textura crujiente al freírse. Luego, escurre las patatas y sécalas muy bien con un paño limpio o papel de cocina, ya que cualquier rastro de agua provocará que el aceite salte al freírlas.

La forma de freír las patatas es importante / Foto: Unsplash

Calienta el aceite a una temperatura de entre 170 y 180 grados y añade las patatas en pequeñas tandas para que no se peguen entre sí. Fríelas durante unos minutos hasta que estén doradas y crujientes. Cuando las patatas estén listas, retíralas con una espumadera y colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Agrega sal inmediatamente, mientras están calientes, para que se adhiera bien. Si te gustan las patatas con sabor extra, puedes añadir condimentos una vez fritas, como ajo en polvo, cebolla en polvo o incluso un toque de pimentón dulce o picante. Además, si prefieres una opción más saludable, puedes hacerlas al horno: rocíalas con un poco de aceite y hornéalas a 180 grados durante unos quince a veinte minutos, volteándolas a mitad de cocción.

Puedes añadir condimentos una vez fritas para un sabor extra

Y eso es todo. Siguiendo estos pasos, tendrás unas deliciosas patatas fritas caseras con una textura crujiente y un sabor que recuerda a las de bolsa, perfectas para disfrutar en cualquier momento.