La pizza se suele asociar a la comida rápida y poco saludable. Es el producto estrella de la gastronomía italiana, aunque se ha popularizado por todo el mundo en centenares de miles de formatos y sabores. Los que más apropiación han hecho son los estadounidenses, con versiones propias de pizza neoyorquina o al estilo Chicago. Pero la manera tradicional de hacer pizza italiana, concretamente la napolitana, esta considerada oficialmente como un arte.
El arte de hacer pizza
Hoy es el día mundial de la pizza, el alimento más querido por absolutamente todo el mundo. Con carne, con pescado, con verdura, con piña (no, con piña mejor que no, por favor)... las posibilidades son infinitas. Pero la manera de elaborarla solo es una: cociendo los ingredientes en el horno. Hacer una pizza en casa un sábado por la noche es la manera más fácil de salvar la cena. Y no, hacer una pizza congelada no es un arte. Los auténticos artistas se llaman 'pizzaioli' y son los guardadores de una cultura centenaria en el corazón de Italia.
Se trata de un método muy concreto de hacer la pizza, con una elaboración de la masa en cuatro fases y una cocción en el horno de leña
Nápoles es uno de los santuarios de la pizza italiana. La napolitana y la romana son las más conocidas, aunque cada región la elabora a su manera particular. La particularidad de la pizza napolitana es que la elaboración tradicional de los 'pizzaioli' está reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO. Se trata de un método muy concreto de hacer la pizza, con una elaboración de la masa en cuatro fases y una cocción en el horno de leña mientras se va girando la pizza.
Cuanto más básico, mejor
Hay versiones de pizza con decenas de ingredientes, cargadas hasta las cejas de cosas extrañas que no ligan nada con la receta: pizza con caramelos, con chocolate, con macarrones o incluso con piña (de acuerdo, ya paramos con el chiste de la piña). Pero los italianos, que son los únicos con suficiente autoridad como para decidir qué se puede y qué no se puede poner en la pizza, lo tienen muy claro: la mejor es la 'margarita'.
Si los ingredientes básicos son buenos, no hay que añadir nada más
Tomate, mozzarella y albahaca; rojo, blanco y verde. Incluso en su plato estrella le ponen los colores de su bandera. Porque si los ingredientes básicos son buenos, no hay que añadir nada más. Una buena base de tomate combinada con una mozzarella de calidad es todo lo que hace falta para disfrutar de la esencia de la pizza. Bueno, también unas hojas de albahaca fresca, que parece que no, pero son imprescindibles para conseguir el toque aromático ideal.