La harina es el resultado de moler el grano de un cereal, pseudocereal, fruto seco o semilla. Aunque la más habitual en nuestras despensas es la harina de trigo, en el mercado podemos encontrar muchos otros tipos de harinas con diferentes propiedades y utilidades. En este artículo nos centraremos en la harina de fuerza, utilizada a menudo en las cocinas de los hogares catalanes, pero que, seguramente, tiene un nombre desconocido que hace que no relacionamos con lo que es. Se trata de un tipo de harina de trigo que se caracteriza por tener un contenido elevado de gluten (proteínas como la gliadina y la glutenina). Estas proteínas, al combinarse con agua, forman una red elástica que permite que la masa atrape aire y se expanda durante el proceso de fermentación, dando como resultado panes y masas con más volumen y estructura.
¿Qué es la harina de fuerza? Todos sus usos
Se llama harina de fuerza a la harina hecha a partir de las variedades de trigo común con más contenido en gluten. El gluten es una proteína elástica que es la que hace que las masas no pierdan la forma y que retengan mejor el gas de la fermentación. También se puede conseguir harina de fuerza usando aditivos. Es una forma más barata de conseguirlo, pero es preferible seleccionar mejor el trigo para ofrecerte una harina sin conservantes ni edulcorantes artificiales.
Generalmente, el contenido de proteína contiene entre un 11% y un 14% de proteínas, más alto que las harinas ordinarias o de repostería. Y con respecto a sus usos culinarios, es ideal para recetas que requieren fermentaciones largas y desarrollos de gluten robustos, como los panes, entre los que encontramos las baguettes, pan rústico o el pan de molde, y también las pizzas. Pero no solo eso, sino que la harina de fuerza es óptima para la elaboración de la bollería como los cruasanes. Finalmente, las masas enriquecidas como el pan dulce también entraría en este cajón.
Una harina perfecta para hacer pan para principiantes
Mucha gente utiliza harina de fuerza para hacer pan porque es una harina muy fácil de trabajar y te ayuda a compensar los errores que todos cometemos cuando somos principiantes. Ventajas de utilizar harina de fuerza para hacer pan. En primer lugar, las masas son más fáciles de amasar y formar porque son menos pegajosas. Su fuerza compensa un mal amasado. Es más fácil conseguir que el pan suba. Aguanta muy bien las fermentaciones largas que mejoran el gusto del pan. La textura de la masa produce masas más elásticas y resistentes, cosa que facilita la manipulación y formación de panes y otros productos horneados. La diferencia con otras harinas se sustenta sobre todo en el hecho de que la harina floja o de repostería tiene un contenido más bajo de proteínas (8%-10%) y es más adecuada para pasteles, galletas y demasiadas faltas, ya que no requiere una estructura tan elástica. Las diferencias con la harina integral es que puede tener un contenido alto de proteínas, pero su comportamiento es diferente a causa de la presencia de salvado, que interfiere en la formación del gluten.