La chef del Semproniana, Ada Parellada, se adentra en las casas de los foodies más intrépidos de Catalunya para resolver dudas semanales sobre los productos del día a día. Desde verduras y todo tipo de hortalizas y frutas, hasta cualquier tipo de dulce, pasando por la carne y el pescado. Maneras para aprovechar los alimentos en su esplendor, técnicas innovadoras y consejos que, en definitiva, nos harán disfrutar de una vida y un recetario más cómodo en los fogones de nuestra casa. El consejo revelador que esta semana nos expone la cocinera catalana es cómo hacer un helado de galleta maría para disfrutar al máximo de los sabores del verano.
Coge libreta y bolígrafo, y dale play al vídeo para averiguar todos los consejos de Ada Parellada de esta semana.
Cómo hacer helado de galleta
Para hacer este sencillo helado de galleta necesitarás los siguientes ingredientes:
- 500 ml de nata líquida
- 400 g de leche condensada
- 100 g de galletas maría (o del tipo que más te guste)
Lo primero que tendrás que hacer es montar la nata. Con una espátula integra la leche condensada y después pica las galletas en el mortero para añadirlas a la nata. Congela la mezcla en un recipiente rectangular y ya lo tendrás. Ni más ni menos. ¡Así de fácil es esta receta!
El truco final
Pero no todo el monte es orégano, porque hacer helado en casa tiene una cierta dificultad si quieres conseguir un resultado excepcional. La elaboración básica no tiene ningún secreto, pero obtener una textura cremosa ya es más complicado. Esta receta te permite tener un helado todoterreno, tanto por el resultado final como por los ingredientes que puedes utilizar a la hora de prepararlo. La nata es indispensable, pero la galleta que pongas dependerá de tus gustos personales. La galleta maría es la más clásica y característica, pero si te gusta más cualquier otro tipo de galleta (con chocolate, de coco, sin gluten, etc.) también la puedes incorporar. Incluso puedes mezclar diferentes tipos de galleta; este helado es un lienzo en blanco para que pongas a prueba tu creatividad culinaria.
La textura final de un helado depende del tamaño de los cristales de hielo que se forman durante el proceso de congelación
La textura final de un helado depende del tamaño de los cristales de hielo que se forman durante el proceso de congelación. Como más pequeños sean estos cristales y mayor sea la cantidad de jarabe y de otros ingredientes que los mantengan separados, más suave y sedoso será el resultado. Para conseguir este efecto es clave escoger los ingredientes adecuados que ayuden a reducir la formación de cristales de hielo. Como jarabe, la miel o la leche condensada son mejores que el azúcar blanco. La grasa (de la nata, las yemas de huevo o la mantequilla) también ayudan a disminuir el tamaño de los cristales. Añadir un poco de alcohol o montar las claras de huevo a punto de nieve son dos trucos añadidos para potenciar la cremosidad. Ambos evitan la congelación excesiva, sea por la acción anticongelante o por la incorporación de aire en la mezcla. A medida que la mezcla se va congelando, ve removiéndola cada 15 minutos durante la primera hora y cada 30 minutos durante las siguientes dos horas. El removido rompe los cristales de hielo que se van formando. De esta manera conseguirás un resultado de lo más profesional.