Cada vez hay más informes y estudios que se centran en el horario de las comidas y cómo estos influyen directamente en nuestra salud. Siempre se ha dicho que es mejor cenar pronto y ligero, ahora bien, una investigación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y la Columbia University ha puesto las bases científicas a esta afirmación. Según ha demostrado un estudio publicado en abierto a Nutrition & Diabetis, del grupo Nature, ingerir más del 45% de las calorías del día a partir de las cinco de la tarde está asociado a una elevación de los niveles de glucosa, con las consecuencias perjudiciales que eso conlleva para la salud, independientemente del peso y la grasa corporal de la persona.

Las 17 h: límite para ingerir muchas calorías

El estudio se ha desarrollado en el Irving Medical Center de la Columbia University, en Nueva York, y ha sido liderado por la investigadora y doctora Diana Díaz Rizzolo, profesora de la UOC. "Unas cifras elevadas de glucosa mantenidas en el tiempo pueden tener implicaciones como un riesgo más elevado de progresar hacia diabetes tipo 2, un incremento del riesgo cardiovascular, por el daño que provoca la glucosa alta en los vasos sanguíneos, y más inflamación crónica, que agrava el daño cardiovascular y metabólico", afirma Díaz Rizzolo.

Horario reloj comer alimentos / Foto: Pixabay
Cada vez hay más estudios sobre el horario de los comidas / Foto: Pixabay

Hasta ahora se creía que la consecuencia principal de cenar tarde era el aumento de peso, que se asociaba al hecho de que por la noche se acostumbran a hacer peores elecciones alimentarias, como consumir más ultraprocesados, porque las hormonas que regulan el hambre y la saciedad se alteran cuando no nos ajustamos a las horas de sol. La importancia del estudio es que revela que el horario de las comidas, por sí solo, puede afectar negativamente al metabolismo de la glucosa, al margen de la cantidad de calorías consumidas a lo largo del día y del peso y la grasa corporal del individuo.

Cada vez más estudios sobre el horario de las comidas

Precisamente, un estudio realizado por un equipo del Instituto de Salud Global de Barcelona reveló hace pocas semanas que la hora a la que comemos podría influir en nuestro riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. 100.000 personas analizadas durante 13 años. Pero no es el único reciente. Un estudio publicado en el Journal of Obesity encontró que las personas que cenan antes de las 19 h tienen menos probabilidades de ganar peso en comparación con aquellas que cenan después de las 20 h. Esto se debe a que el cuerpo tiene más tiempo para digerir y metabolizar los alimentos antes de entrar en el estado de reposo nocturno. Además, otro estudio en American Journal of Clinical Nutrition reveló que consumir una cena tardía puede alterar los niveles de insulina y glucosa en sangre, aumentando el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y obesidad.

Comer tarde o comer pronto, esta es la cuestión

El estudio incluyó a 26 participantes de entre 50 y 70 años que tenían sobrepeso u obesidad y prediabetes o diabetes tipo 2. Se comparó la tolerancia a la glucosa de los participantes, que se dividieron en dos grupos: los participantes que comían pronto, que hacían la ingesta mayor de calorías antes de la tarde-noche, y los que comían tarde, que ingerían el 45% o más de las calorías a partir de las cinco de la tarde. Los dos grupos consumían las mismas calorías y los mismos alimentos durante el día, solo diferían en el hecho de que lo hacían en horas diferentes. Los participantes utilizaron una aplicación móvil para registrar sus comidas en tiempo real.

Hasta ahora se creía que la consecuencia principal de cenar tarde era el aumento de peso; la importancia del estudio es que revela que el horario de las comidas, por sí solo, puede afectar negativamente al metabolismo de la glucosa

Desayunar alimentos / Foto: Pixabay
También hay estudias analizando el horario óptimo para desayunar / Foto: Pixabay

El principal hallazgo es que los participantes que comían tarde toleraban peor la glucosa, fuera cuál fuera su peso o la composición de la dieta. También se observó que tenían tendencia a comer más cantidades de carbohidratos y grasas durante la tarde-noche. Díaz Rizzolo, que es especialista en obesidad, diabetes y envejecimiento, explica que "por la noche, la capacidad del cuerpo de metabolizar la glucosa se reduce, por el hecho de que la secreción de insulina y la sensibilidad de las células en esta hormona disminuyen a causa del ritmo circadiano, determinado por un reloj central al cerebro que se coordina con las horas de luz y noche".

Las horas de las comidas son importantes

El estudio, pues, representa un hallazgo importante sobre las implicaciones que tiene para la salud la hora en que hacemos las comidas. "Hasta ahora", afirma la investigadora, "las personalizaciones en nutrición se han basado en dos cuestiones principales: qué cantidad comer y qué alimentos escoger. Con este estudio, una nueva cuestión empieza a ganar importancia en la prevención cardiometabólica: a qué horas se come", dice Díaz Rizzolo.

A partir del estudio, y dentro de la prudencia, porque habrá que hacer más investigaciones para profundizar en el tema, la investigadora aconseja que la aportación de alimentos se haga principalmente durante las horas de sol del día y que "la aportación más grande de calorías en el día tenga lugar durante el desayuno y la comida, en lugar de estar en la merienda y la cena". Díaz Rizzolo recomienda evitar también el consumo de productos ultraprocesados, la comida rápida y alimentos muy ricos en carbohidratos, especialmente durante la noche.