El jamón ibérico y el jamón de cebo son dos tipos de jamones muy valorados en la gastronomía española, pero sus diferencias van más allá de sus nombres. Ambos provienen del cerdo ibérico, una raza autóctona de la península ibérica, pero su proceso de alimentación, cría y curado marca la principal diferencia entre ellos. A continuación, vamos a explorar en qué se diferencian y qué hace que cada uno sea único.

Diferencias entre tipos de jamón

El origen del cerdo

La primera diferencia entre el jamón ibérico y el jamón de cebo es el tipo de cerdo del que provienen. El jamón ibérico, como su nombre indica, proviene del cerdo ibérico puro o de un cruce que contiene al menos un 50% de esta raza. Estos animales tienen una genética especial que les permite acumular grasa de una manera particular, dándole al jamón su sabor y textura característicos.

Por otro lado, el jamón de cebo también puede provenir de cerdos ibéricos, pero la denominación "cebo" hace referencia más a la forma de alimentación que a la raza del animal. Así que, aunque pueden ser de cerdos ibéricos, no necesariamente provienen de la misma pureza racial que el jamón ibérico de bellota.

Alimentación y cría

Este es uno de los puntos clave de diferenciación. El jamón ibérico de bellota se obtiene de cerdos que se crían en libertad en las dehesas, un ecosistema de bosque mediterráneo donde se alimentan principalmente de bellotas durante la montanera (el periodo de engorde, que va de octubre a marzo). La alimentación a base de bellotas no solo le da un sabor único y especial al jamón, sino que también influye en la calidad de la grasa que estos animales almacenan. La grasa de los cerdos ibéricos de bellota es rica en ácido oleico, lo que mejora sus propiedades organolépticas.

Por otro lado, el jamón de cebo proviene de cerdos que se alimentan principalmente de pienso a base de cereales y leguminosas. Estos animales no viven en libertad, sino que son criados en granjas en un entorno controlado. Esto afecta directamente a su alimentación y, por ende, al sabor final del jamón, que aunque es de excelente calidad, no tiene la misma intensidad que el jamón de bellota.

Una de las claves es la intensidad en el sabor / Foto: Unsplash

La grasa de los cerdos ibéricos de bellota es rica en ácido oleico

Sabor y textura

El jamón ibérico de bellota tiene un sabor más intenso, profundo y con matices a frutos secos, principalmente debido a la infiltración de la grasa entre las fibras musculares del cerdo, que se debe a su alimentación a base de bellotas y a la actividad física en las dehesas. La grasa es suave y untuosa, lo que le da una textura tierna y jugosa al jamón.

En comparación, el jamón de cebo tiene un sabor más suave, menos complejo, pero aún muy agradable. La grasa es menos prominente y la textura es ligeramente más firme debido a su crianza en granjas y a su alimentación a base de cereales.

Precio y disponibilidad

El jamón ibérico de bellota suele ser más caro debido a las condiciones en las que se crían los cerdos y al largo proceso de curación, que puede durar más de tres años. En cambio, el jamón de cebo, al ser producido en granjas con una alimentación más económica y un proceso de curación más corto, tiene un precio más accesible y es más fácil de encontrar en el mercado.

El jamón de cebo tiene un precio más asequible / Foto: Unsplash

Tanto el jamón ibérico como el jamón de cebo son productos de gran calidad, pero sus diferencias radican principalmente en la alimentación y el entorno de cría de los cerdos. Mientras que el jamón de bellota ofrece una experiencia gastronómica más exclusiva, el jamón de cebo sigue siendo una excelente opción para disfrutar del sabor del cerdo ibérico a un precio más accesible.