La Universitat Oberta de Catalunya (UOC) publica un estudio que explica las causas de los malos hábitos culinarios y alimentarios de los jóvenes universitarios. El estudio se basa en el análisis que diferentes expertos han hecho de 24 jóvenes de entre 18 y 22 años, tanto hombres como mujeres, para evaluar las percepciones, el comportamiento y la adherencia a una alimentación saludable y a cocinar en casa.

Malos hábitos en la cocina

La autora principal de la tesis, Patricia Jurado González, junto con la investigadora del grupo FoodLab de la UOC y directora del máster universitario de Alimentación Saludable y Sostenible, Anna Bach Faig y el investigador principal de FoodLab y catedrático de los Estudios de Ciencias de la Salud, Francesc Xavier Medina, explican que "los estudiantes muestran una baja adherencia a la dieta mediterránea".

A menudo se habla de falta de tiempo, pero los expertos aseguran que la principal razón va más ligada al interés personal de los jóvenes

Según los autores, la principal causa de los malos hábitos alimentarios es la falta de motivación en la cocina. La principal barrera para llevar una dieta más saludable es el desinterés para vestirse el delantal. A menudo se habla de falta de tiempo, pero los expertos aseguran que la principal razón va más ligada al interés personal de los jóvenes. Otros motivos son la falta de conocimiento y habilidades culinarias, la presión social, la falta de cocinas equipadas en los pisos de estudiantes, el acceso fácil a comida preparada y los precios elevados de la comida saludable.

Por su parte, los estudiantes dicen que no encuentran la motivación necesaria para seguir una alimentación saludable, y, en consecuencia, dan prioridad a los compromisos sociales y académicos. Esta falta de motivación se ve acentuada por la falta de habilidades en la cocina, en un círculo vicioso que impide a los jóvenes seguir una dieta equilibrada.

Cómo solucionarlo

Con el fin de abordar el problema, los expertos plantean explorar estrategias específicas con el objetivo de mejorar la salud nutricional de los estudiantes. El impulso de programas educativos a través de las redes sociales que fomenten el conocimiento y la autoeficacia culinaria es una de las mejores vías para solucionar el problema. Una solución que pasa por la implicación y participación de los mismos estudiantes en el diseño de la estrategia alimentaria como elemento diferencial para mejorar esta parcela de su salud. Aunque el estudio habla de universitarios, los resultados, según los autores, son extrapolables a la población joven adulta en situaciones similares a las estudiadas.