Los quesitos, pequeños triángulos de queso procesado, son un snack popular y conveniente, especialmente entre los niños. Sin embargo, cuando se habla de su impacto en la salud, es importante considerar varios factores nutricionales, así como la calidad de sus ingredientes.

Un producto procesado

Composición y valor nutricional

Los quesitos suelen estar hechos de una mezcla de queso natural, leche, mantequilla, y otros ingredientes que se combinan mediante procesos industriales. Uno de sus atractivos es su alto contenido en calcio, un mineral esencial para el desarrollo y mantenimiento de los huesos y dientes. También son una fuente de proteínas, un macronutriente importante para la construcción y reparación de tejidos. Además, suelen contener vitaminas A y D, que contribuyen a la salud ocular, la piel y el sistema inmunológico.

Sin embargo, estos beneficios vienen acompañados de algunos inconvenientes. Al ser un producto procesado, los quesitos suelen contener aditivos como sales emulsificantes, que se añaden para mejorar la textura y prolongar la vida útil del producto. Estas sales pueden elevar el contenido de sodio, lo que es una desventaja si se consumen en exceso, ya que puede contribuir a la hipertensión y otros problemas cardiovasculares.

Los quesitos tienen un alto contenido en calcio / Foto: Unsplash

Contenido de grasas y calorías

Otra consideración importante es el contenido de grasas. Aunque los quesitos contienen grasas provenientes de la leche, la mayoría de los productos comerciales son relativamente altos en grasas saturadas. El consumo excesivo de grasas saturadas se asocia con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas, y esto es un aspecto que preocupa a los expertos en nutrición.

En cuanto al contenido calórico, un quesito pequeño generalmente tiene entre 40 y 60 calorías, lo que lo convierte en una opción moderadamente calórica. Para personas que intentan controlar su ingesta calórica diaria, pueden ser una buena opción de snack, pero siempre con moderación. Además, algunas versiones bajas en grasa están disponibles en el mercado, aunque estas a menudo contienen otros aditivos para compensar el sabor y la textura.

Los quesitos son relativamente altos en grasas saturadas

Beneficios y limitaciones

Un aspecto positivo de los quesitos es su conveniencia. Son fáciles de transportar y no requieren refrigeración durante varias horas, lo que los convierte en una opción rápida para el almuerzo o como snack. Además, los niños tienden a disfrutar de su sabor suave, lo que facilita la inclusión de productos lácteos en su dieta.

Por otro lado, los expertos en salud recomiendan limitar el consumo de alimentos procesados, incluido el queso procesado, debido a su alto contenido de sodio y aditivos. Siempre será más beneficioso optar por quesos naturales como el queso fresco, el requesón o el queso cottage, que no están tan procesados y ofrecen un perfil nutricional más saludable.

Los quesitos no dejan de ser un produzco ultraprocesado / Foto: Unsplash

Los quesitos pueden formar parte de una dieta equilibrada si se consumen con moderación. Aunque aportan calcio y proteínas, su contenido de sodio y grasas saturadas los hace menos recomendables para el consumo diario en grandes cantidades. Para quienes busquen una opción más saludable, los quesos frescos y menos procesados serían una mejor alternativa.