Los locales de bocadillos han existido toda la vida. Un lomo con queso en el bar de confianza es una carta que nunca falla para salvar una comida improvisada. Pero a los que nos gustan de verdad los bocadillos, a los que disfrutamos ensuciándonos las manos y saboreando cada mordisco, las opciones más tradicionales a menudo se nos hacen repetitivas. Por suerte, en el centro de Barcelona hay un local que está cambiando la escena gastronómica local con unos bocadillos loquísimos cocinados por unos chefs discípulos de las Michelin.

De platos Michelin a hacer bocadillos

La historia de los tres cocineros que regentan el Mamagorda es digna de explicar. Lo primero que llama la atención es el nombre del restaurante. El Mamagorda recibe el nombre de un grupo de música funk, adaptado del inglés y que ahora luce con orgullo en la entrada del local. Un nombre chillón, pero efectivo, detrás del cual está la historia tres jóvenes cocineros. Simone Nizi, Leonardo Amico y Diego Amico son tres amigos - y familiares - que se conocieron en un restaurante de alta cocina francesa.

La barra es pequeña, pero tiene capacidad para unos cuantos comensales / Foto: Oriol Foix

Bocadillos de escándalo que no se ven en ningún otro sitio de la ciudad y que si quieres flipar en colores, tienes que probar sí o sí

Después de pasar unos años entre los fogones de un restaurante Michelin, decidieron dejar el trabajo y se embarcaron en un proyecto propio. El chef italiano y los hermanos argentinos son los responsables de las increíbles creaciones que se elaboran en el Mamagorda. Bocadillos de escándalo que no se ven en ningún otro sitio de la ciudad y que si quieres flipar en colores, tienes que probar sí o sí.

El tugurio Mamagorda

El restaurante se ubica justo en medio de la calle de la Princesa de Barcelona. Se trata de un local diminuto y recogido, con nada más que tres mesas y una pequeña barra que da a una - también pequeña - cocina abierta. Con una decoración urbana, las paredes están llenas de adhesivos y cuadros de artistas emergentes. La oferta de bocadillos no es muy variada. De momento solo tienen seis, además de tres entrantes para picar alguna cosa. Una oferta sobria, pero increíblemente sabrosa.

Cada día compran el producto fresco en el mercado de Santa Caterina y lo preparan todo a mano

A excepción del pan, todos los ingredientes que utilizan los preparan de forma casera entre los tres. Cada día compran el producto fresco en el mercado de Santa Caterina y lo preparan todo a mano. Vinagretas, salsas, verduras, cortes de carne... lo hacen todo. El pasado Michelin de Nizi y los Amico se nota mucho a la hora de hacer los bocadillos. Además de ser originales, todas las preparaciones son muy elaboradas y requieren una buena técnica. ¿A quién se le ocurriría hacer un bocadillo de 'ceviche'? O de churrasco. Es una apuesta arriesgada que en el Mamagorda tocan muy y muy bien.

El bocadillo de churrasco es crujiente y con un sabor absolutamente delirante / Foto: Oriol Foix
Desde la mesa puedes ver a Simone cocinando los bocadillos al momento / Foto: Oriol Foix

Las raciones no son muy grandes y se sirven sin guarnición, pero el sabor es realmente delirante. Los bocadillos son buenos - ¡buenísimos! - y dan ganas de llorar. Parece mentira que quepan tantos sabores en una sola mordida. El precio varía en función del bocadillo, y del día, ya que el pescado que compran para hacer el 'ceviche' no es siempre lo mismo. Si el lunes compran merluza a quince euros el kilo, podrán vender el bocadillo más barato que el día que compren rape a dieciocho euros. Entre doce y dieciséis euros por un bocadillo es un precio un poco caro sin acompañamiento. Pero si tenemos en cuenta que el producto es fresco, del mercado del barrio y que todo lo que cocinan lo hacen de forma casera, vale mucho la pena invertirlos.