El vino catalán merece una campaña de comunicación a la altura de sus atributos y por todo eso, el Govern de la Generalitat, a través del Departamento de Acció Climàtica, Alimentació y Agenda Rural y del INCAVI, está desarrollando una estrategia global ambiciosa para aumentar el conocimiento y la notoriedad de nuestros vinos. ¿Qué variedades autóctonas tradicionales tenemos en nuestro país? ¿Son sostenibles nuestras viñas? ¿Qué define cada vino? En ElNacional.cat nos hemos propuesto conocer a fondo las 11 DO catalanas existentes (aparte de la DO Cava) a través de un serial de artículos con que descubriremos por qué en Catalunya el vino es cultura.
La DO Empordà
La zona de producción de la DO Empordà, situada en el extremo nordoriental de Catalunya, engloba un total de 55 municipios distribuidos en dos comarcas: 35 municipios del Alt Empordà y 20 municipios del Baix Empordà, que se delimitan en dos zonas separadas geográficamente.
En el cruce entre los Pirineos y la Costa Brava, lo Empordà se erige en una tierra de contrastes marcada por la presencia del viento del norte, la tramontana. Más allá de un patrimonio histórico y cultural de primer orden, con monumentos megalíticos, arquitectura gótica, arte románico, pueblos medievales y el innegable poso que artistas como Josep Pla o Salvador Dalí han sido capaces de impregnar en cada rincón de territorio, el cultivo de la viña y la calidad de los vinos del Empordà son una de las joyas de la zona. ¿Son capaces los vinos DO Empordà de transmitir todo eso en una sola copa? Sí. El vino del Empordà tiene una personalidad marcadísima y que viene de lejos. En el siglo VI a.C. el cultivo de la viña y la cultura del vino llegó a Catalunya a partir del puerto de Empúries, y a la Edad Media las viñas plantadas cerca de los monasterios ampurdaneses dotaron de personalidad vitivinícola esta comarca donde mar y montaña se abrazan hasta fundirse en un solo horizonte.
Las viñas de la DO Empordà presentan una gran heterogeneidad de terrenos y suelos, ya que el cultivo de la uva abraza viñas junto al mar o viñas plantadas a casi 300 metros de altura. Con respecto a la temperatura y la insolación, es idónea para el cultivo de variedades de ciclo medio y largo, y extraordinaria para la elaboración de vinos dulces naturales.
Carinyena y Samsó, sinónimos, de Empordà
Buena parte del terreno actual de la DO Empordà es de antigua implantación, con viñas de más de 30 años y de variedades autóctonas de la zona como la Cariñena y el Samsó: ambas representan la base de la vtivinicultura ampurdanesa, junto con el Almez (la forma autóctona de bautizar la Garnacha Negra) y, en menor medida, variedades como el Cabernet Sauvignon y el Syrah. Los negros son de calidad elevada, con cuerpo, bien constituidos y armónicos, a veces con el matiz de una crianza esmerada. Hablante claro: en nariz presentan notas aromáticas muy características; son complejas, fragantes, con toques de especies, manteniendo siempre aromas de la fruta y la planta, y un golpe en la boca se expresan con plenitud, sabrosos y muy agradables.
Pero no todo son vinos tintos al Empordà. El cultivo de la Garnacha Blanca o el Macabeo también tiene muchísima presencia, junto con el de variedades foráneas y de más nueva implantación como puedan ser el Chardonnay, el Sauvignon blanco y el Gewurztraminer. Los vinos blancos ampurdaneses son frescos y sabrosos, y los rosados se caracterizan por un color cereza bien definido, con gran personalidad y aromas delicados, frescos y de graduación alcohólica moderada.
Una singularidad de la zona es la Garnacha del Empordà, vino dulce natural elaborado con la variedad de uva que le da nombre. Generoso, con sabor de la misma uva madura, cálida y sedosa, virtudes que le conceden los rasgos de un vino de postres excepcional, junto con el otro vino dulce propio de la zona, el Moscatel del Empordà.
El espíritu de una gente tocada por la tramontana
Las bodegas ampurdanesas son mayoritariamente pequeñas explotaciones familiares con una larga tradición en el manejo de las viñas y la elaboración de vinos. Una nueva generación de viticultores y enólogos, con una buena formación y capacitación, lidera desde hace años los nuevos proyectos vitivinícolas del Empordà. Esta nueva hornada de expertos combinan los conocimientos tradicionales con las técnicas más modernas para crear vinos singulares y con personalidad que casan el paisaje y el carácter ampurdanés. Como sus vinos, los bodegueros del Empordà son personas 'tocadas' por la tramontana. El viento del norte forja y marca su personalidad. Son hombres y mujeres de espíritu libre, pasionales, creativos y con una gran determinación.
#HoritzóINCAVI2025
Con el fin de poner en valor las 11 DO de nuestro país, en julio del 2022, el Govern aprobó la agenda #HoritzóINCAVI2025 con el conjunto del sector. Una hoja de ruta exigente que gira entorno 23 proyectos entre los cuales la divulgación de la cultura del vino, con todo lo que implica, se encuentra situada en el centro.