El pan ha sido un alimento básico durante siglos, formando parte de la dieta de muchas generaciones sin mayores problemas. Sin embargo, en la actualidad, cada vez más personas experimentan molestias digestivas, inflamación o intolerancia después de consumirlo. El Dr. Alexandre Olmos ha explicado en su cuenta de Instagram que la razón detrás de este cambio no está en nuestro cuerpo, sino en el propio trigo. El pan que comían nuestros abuelos era muy diferente al de hoy en día, y la diferencia radica en cómo ha cambiado la composición del trigo con el paso del tiempo. Antiguamente, este cereal se cultivaba de manera más natural, sin intervención genética ni procesos industriales agresivos. Ahora, en cambio, se han desarrollado variedades que resisten mejor las plagas y ofrecen un mayor rendimiento, pero a costa de modificar por completo su estructura. Como consecuencia, el trigo moderno contiene hasta 40 veces más gluten que el que se consumía hace décadas, y eso está teniendo un impacto directo en nuestra salud.

Por qué el pan ahora nos sienta mal 

Uno de los principales problemas del trigo actual es su efecto sobre el sistema digestivo. El exceso de gluten daña la pared intestinal, provocando inflamación y afectando la absorción de nutrientes. Incluso en personas que no son celíacas, este efecto puede generar molestias como hinchazón, pesadez o cansancio después de comer pan. Además, el consumo continuado de este trigo modificado se ha relacionado con un aumento en enfermedades autoinmunes, ya que el intestino juega un papel clave en la respuesta del sistema inmunológico. Un intestino inflamado es más propenso a desarrollar afecciones crónicas, lo que explicaría por qué cada vez más personas tienen problemas de salud asociados al consumo de pan.

 


Pero no solo afecta al sistema digestivo. El trigo moderno también tiene un impacto directo en los niveles de azúcar en sangre. Su alto índice glucémico provoca subidas bruscas de glucosa, similares a las que produce el azúcar refinado. Esto puede derivar en resistencia a la insulina, favoreciendo el desarrollo de diabetes tipo 2 y otros trastornos metabólicos. Es decir, aunque el pan tradicional parecía un alimento saludable, el que encontramos hoy en muchas panaderías y supermercados puede estar contribuyendo al aumento de problemas de salud a largo plazo.

El trigo moderno aumenta los niveles de azúcar en sangre / Foto: Unsplash
El trigo moderno aumenta los niveles de azúcar en sangre / Foto: Unsplash

Ante esta situación, la recomendación del Dr. Olmos es clara: reducir el consumo de pan elaborado con trigo moderno y optar por alternativas más saludables. Una opción es elegir panes de masa madre, que al pasar por un proceso de fermentación prolongado descompone parte del gluten y facilita la digestión. También se pueden buscar alternativas como harinas de legumbres, que son más ricas en proteínas y no provocan los mismos efectos negativos en el organismo. Apostar por una alimentación más consciente y evitar los productos ultraprocesados es clave para mejorar la salud y el bienestar a largo plazo.