Nos apasionan los premios gastronómicos. Hay de todo tipo y el último a caer en nuestras agendas es uno de bien dulce. La pastelería Hoffmann es la ganadora del Mejor Bombón Artesano 2025 del Estado. El arte de la pastelería es una combinación de precisión, creatividad y pasión. En un mundo donde la innovación y la calidad marcan la diferencia, dar apoyo al talento artesanal es clave para preservar la esencia de la alta pastelería.
Mejor Bombón Artesano 2025 del Estado
Este acontecimiento tuvo lugar en Sant Cugat del Vallès hace unos días y reunió a algunos de los mejores chocolateros y pasteleros del país. Un jurado de renombre, compuesto por expertos como Saray Ruiz, Jordi Roca, Andrei Dubovik, Enric Monzonis, Ester Roelas y Raúl Bernal, evaluaron los bombones finalistas de forma anónima, garantizando un proceso justo y riguroso.
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El mejor bombón de este año está creado por la Pastelería Hoffmann y Martin de Luca, está bautizado con el nombre de Quetzalcoaltl. Este bombón combina una ganache de caramelo especiado, un hielo exótico y una gianduja crujiente de almendra. Un equilibrio perfecto entre texturas y sabores sofisticados. El jurado ha destacado tanto el equilibrio gustativo de este bombón como su sorprendente grabado en el cierre de la pieza. Es una oportunidad para reivindicar el valor del trabajo artesanal y la importancia de los ingredientes de calidad en la pastelería. Dar apoyo a los profesionales del sector nos permite seguir conociendo las necesidades, inspirar nuevas creaciones y fomentar la excelencia en cada elaboración.
Así es el Mejor Bombón Artesano del Estado de este año
Para asegurar una competición justa en el Mejor Bombón Artesano de España 2025 y enfocada a la excelencia técnica y creativa, los participantes tuvieron que cumplir los requisitos siguientes. En primer lugar, el peso del bombón tenía que oscilar entre 6 y 14 g. Cada participante presentó solo una creación, es decir, una única propuesta donde se lo jugaba todo. Ahora bien, tenían que ser 25 unidades idénticas por inscripción, como mínimo. Con respecto al diseño sin marcas: no se permitieron logos ni placas serigrafiadas. La composición mínima de cada bombón tenía que incluir al menos dos texturas interiores, siendo obligatorio que una fuera ganache o trufa. Finalmente, los requisitos de participación eran para pastelerías, chocolaterías, panaderías y negocios afines con obrador artesano y elaboración propia. La ubicación del establecimiento tenía que estar en España y contar con un punto de venta físico al público.