Las abuelas tienen un don especial para la cocina. Sus recetas no solo están llenas de sabor, sino también de secretos transmitidos a lo largo de generaciones. Uno de los grandes misterios que siempre nos han revelado es cómo lograr que la sepia, un molusco deliciosamente versátil, quede tierna y suave al paladar. Y el truco, como nos han dicho una y otra vez, es sencillo pero efectivo: la cocción a fuego lento.
El truco para que la sepia quede siempre blanda
La sepia, como muchos otros mariscos, puede volverse dura y gomosa si no se cocina adecuadamente. Este problema suele surgir al someterla a temperaturas muy altas durante un tiempo breve o, por el contrario, al sobrecocinarla sin control. Sin embargo, las abuelas sabían que cocinarla a fuego lento era la clave para transformar su textura de firme a tierna.
El secreto radica en que el colágeno que contiene la sepia necesita tiempo para descomponerse. A fuego lento, este proceso ocurre de forma gradual, permitiendo que las fibras musculares se suavicen sin perder los jugos naturales del molusco.
La clave de la sepia está en el colágeno que va liberando, de ahí mejor que sea poco a poco
Cómo cocinar la sepia a fuego lento
La técnica es simple, pero requiere paciencia. Limpia bien la sepia. Asegúrate de retirar la piel, la pluma y cualquier resto de vísceras. Corta la sepia según la receta. Puedes dejarla en tiras, trozos pequeños o incluso entera, dependiendo de tu preparación. Dora ligeramente a fuego medio. Si la receta lo permite, sofríe la sepia con un poco de aceite de oliva, ajo y perejil durante un par de minutos para sellar los sabores. Baja el fuego y añade líquido. Aquí es donde comienza la magia. Añade un poco de caldo, vino blanco o incluso agua para mantener la humedad. Cubre la sartén o cazuela con una tapa. Cocina lentamente. Deja que la sepia se cocine a fuego bajo durante unos 25-30 minutos, removiendo ocasionalmente y asegurándote de que no se quede sin líquido.
El resultado es una sepia tierna, jugosa y llena de sabor. Además, este método resalta su sabor natural y permite que absorba los aromas de los ingredientes con los que se cocine. Desde un clásico guiso marinero hasta una sepia a la plancha con salsa, la cocción lenta es la técnica definitiva para triunfar. A veces, la sabiduría de nuestras abuelas supera cualquier avance culinario moderno. Siguiendo su consejo de cocinar la sepia a fuego lento, no solo respetamos la tradición, sino que obtenemos un plato insuperable. Y como ellas dirían, “lo bueno lleva su tiempo”. ¡Y qué razón tenían!