Preparar costillas al horno que queden jugosas y llenas de sabor puede parecer un reto, pero con el truco adecuado es posible obtener una carne tierna que se deshace en la boca. El secreto para lograr costillas jugosas está en el control del tiempo y la temperatura de cocción, junto con una marinada adecuada que realce los sabores de la carne. A continuación, te contamos el mejor truco para conseguir unas costillas al horno irresistibles.

El secreto para lograr costillas jugosas

El primer paso esencial para lograr unas costillas jugosas es marinarlas antes de hornearlas. Una buena marinada no solo infunde sabor, sino que también ayuda a mantener la carne hidratada durante la cocción. Puedes preparar una marinada básica con ingredientes como ajo, miel, salsa de soja, mostaza, aceite de oliva y especias a tu gusto. Lo ideal es dejar las costillas marinando durante al menos 4 horas, o mejor aún, toda la noche en la nevera, para que absorban bien todos los sabores.

Costillas con salsa / Foto: Unsplash

El truco definitivo para que las costillas queden jugosas es cocinarlas a baja temperatura y durante un tiempo prolongado. Esto permite que la carne se cocine de manera uniforme y que el colágeno de las fibras se descomponga, logrando una textura tierna y melosa. Precalienta el horno a unos 150 °C y cocina las costillas cubiertas con papel de aluminio durante 2 a 3 horas. El papel de aluminio actúa como una barrera que atrapa la humedad, evitando que la carne se reseque. Este método de cocción lenta también permite que la marinada se mezcle con los jugos naturales de la carne, intensificando el sabor.

El truco definitivo para que las costillas queden jugosas es cocinarlas a baja temperatura y durante un tiempo prolongado

Una vez que las costillas estén cocidas y tiernas, el siguiente paso es darles ese toque crujiente y caramelizado en la parte exterior. Sube la temperatura del horno a 200 °C y retira el papel de aluminio. Pinta las costillas con una buena capa de salsa barbacoa o glaseado a base de miel y mostaza. Déjalas en el horno durante unos 10-15 minutos más, o hasta que la superficie se haya dorado y caramelizado ligeramente. Este último paso le dará a las costillas una capa crujiente por fuera, mientras permanecen jugosas por dentro.

Costillas al horno / Foto: Unsplash

Finalmente, después de sacar las costillas del horno, es importante dejarlas reposar durante unos 10 minutos antes de cortarlas. Esto permite que los jugos se redistribuyan dentro de la carne, evitando que se pierdan al cortarlas. Siguiendo estos pasos, obtendrás costillas al horno tiernas, jugosas y llenas de sabor, perfectas para cualquier ocasión especial o simplemente para disfrutar en una comida familiar.