El pan con tomate, o pa amb tomàquet, es uno de los platos más icónicos de la gastronomía catalana. Simple, versátil y delicioso, su combinación de pan, tomate, aceite de oliva y, a veces, sal, parece perfecta tal como es. Sin embargo, la célebre chef Carme Ruscalleda nos propone una variación inesperada que transforma esta receta tradicional en una experiencia sorprendente: añadir chocolate negro.
El ingrediente que le falta a tu pan con tomate
Ruscalleda, una defensora del pan con tomate elaborado con ingredientes de alta calidad, como pan crujiente, tomates jugosos y aceite de oliva virgen extra, admite que habitualmente lo prepara sin sal. Sin embargo, hay una excepción: cuando lo acompaña con chocolate negro. Según explica, la combinación del dulzor del chocolate con el sabor fresco del tomate crea una experiencia única en el paladar.
La chef describe con entusiasmo cómo disfruta esta versión: "Una tableta de chocolate negro que vas comiendo a mordiscos, como si fuera fuet, intercalando un bocado de pan con tomate y uno de chocolate. ¡Es absolutamente delicioso y lo recomiendo a todos!"
Esta mezcla aparentemente inusual no es nueva y cuenta con un amplio número de seguidores. Jaume Fàbrega, gastrónomo y autor de libros sobre la tradición del pan con tomate, señala que esta combinación era habitual en la infancia de muchos catalanes, especialmente en comarcas como el Pla de l’Estany y el Empordà, tierra natal del cantautor Lluís Llach, quien también era un fan confeso del pan con tomate acompañado de chocolate.
Esta mezcla aparentemente inusual no es nueva
El propio Fàbrega recuerda que esta unión no resulta tan extraña si se considera la tradición local de acompañar productos dulces y salados, como la botifarra dolça o la coca dulce con embutidos. De hecho, en su libro Pa amb tomàquet, dedica una receta al pan con tomate y chocolate en homenaje a Llach.
Otras figuras también han explorado combinaciones similares. Leopoldo Pomès, publicista y gran defensor de este plato, incluyó una receta peculiar en la que el pan con tomate se mojaba en leche caliente con cacao, una idea nacida de sus hijos. Incluso el arquitecto Oriol Bohigas llegó a presentar una versión con Cacaolat en un concurso gastronómico, llevándose aplausos por su creatividad.
En definitiva, aunque el pan con tomate ya es perfecto en su sencillez, añadir un toque de chocolate negro lo eleva a otro nivel. Esta mezcla de tradición y creatividad demuestra que, en la cocina, los contrastes pueden convertirse en auténticas delicias. Así que, la próxima vez que prepares pan con tomate, atrévete con esta propuesta y sorprende a tu paladar.