Las cremas de verduras son uno de los platos más versátiles y reconfortantes que podemos preparar, especialmente en los meses más fríos del año. A pesar de su sencillez, lograr una textura perfecta y un sabor equilibrado puede ser un desafío. Muchos optan por lácteos como quesitos, queso crema o nata líquida para darles más cuerpo y cremosidad, pero hay un ingrediente que supera a todos: la burrata.

El ingrediente que mejor textura da a la crema de verduras

Este queso fresco italiano, conocido por su textura cremosa y su sabor ligeramente ácido, se ha convertido en una opción ideal para transformar las cremas de verduras. La burrata no solo aporta cremosidad, gracias a su interior compuesto esencialmente de nata, sino que su toque ácido equilibra el dulzor de algunas hortalizas como la calabaza o la zanahoria, dándole un carácter único a estas recetas.

Burrata, un icono de la cocina italiana / Foto: Unsplash
Burrata, un icono de la cocina italiana / Foto: Unsplash

Además, es un ingrediente fácil de encontrar hoy en día en supermercados, con precios accesibles para todos los bolsillos. Su incorporación a las cremas de verduras no requiere técnicas complicadas, lo que la hace perfecta tanto para cocineros principiantes como para aquellos más experimentados. Aunque quesos como el tipo Philadelphia o los clásicos quesitos son opciones populares, suelen ofrecer una textura uniforme pero con menos carácter en el sabor. Por su parte, la nata líquida, otro clásico en las cremas, aporta una gran dosis de grasa y suavidad, pero puede carecer de ese toque ácido que hace destacar los sabores de las verduras. La burrata, en cambio, combina lo mejor de estos tres mundos: es cremosa como la nata, tiene un sabor más complejo que los quesos más suaves y su textura aporta un lujo extra a cada cucharada.

La nata líquida puede carecer de ese toque ácido que hace destacar los sabores de las verduras

Cómo incorporar la burrata en tus cremas

El proceso es muy sencillo. Una vez que hayas cocido y triturado las verduras, agrega la burrata desmenuzada o a pellizcos, retirando previamente el suero en el que se conserva para evitar que la preparación quede aguada. Con un último golpe de batidora, la burrata se integrará a la crema, dándole una textura aterciopelada y un sabor incomparable.

Burrata, un gran acompañamiento / Foto: Unsplash
Burrata, un gran acompañamiento / Foto: Unsplash

Este pequeño detalle puede marcar la diferencia en platos como la crema de calabaza, donde su dulzor natural encuentra un contrapunto perfecto en la acidez de la burrata. Lo mismo ocurre con recetas de crema de zanahoria o incluso combinaciones más atrevidas como calabacín con espinacas. Si buscas llevar tus cremas de verduras al siguiente nivel, no dudes en probar este truco. La burrata transformará un plato sencillo en una experiencia gastronómica inolvidable.