Las patatas son, sin duda, uno de los alimentos más versátiles y consumidos en todo el mundo. Ya sea en puré, fritas, al horno o como acompañamiento de un buen plato, forman parte de nuestra dieta diaria y acompañan infinidad de recetas. Su sencillez y accesibilidad las convierten en un básico de cualquier cocina. Y no solo hablamos de una cena aburrida un martes, también se dejan ver restaurantes de prestigio y menús muy elaborados. De todas las formas de cocinar las patatas, las cocidas son las que creemos más saludables (en cierto modo así es) y también las más versátiles, ya que son perfectas tanto para una guarnición para todo hasta la base de platos más elaborados. Desde una ensaladilla rusa a un puré de patatas, todo pasa por una patata cocida.

Cómo cocer las patatas para potenciar su sabor

Cocer patatas parece una tarea sencilla, pero ¿sabías que la forma en que las cocinas puede marcar la diferencia entre un plato soso y uno delicioso? Aunque lo más común es optar por hervirlas en agua, existen métodos más efectivos para potenciar su sabor sin necesidad de añadir ingredientes extra o calorías innecesarias. Este truco sencillo y accesible está revolucionando las cocinas, demostrando que, con pequeños ajustes en la preparación, podemos conseguir resultados mucho más sabrosos. Creemos que el agua es el ingrediente principal para cocer, pero no. Obviamente, necesitamos un líquido, pero no siempre tiene que ser agua del grifo, que no aporta ni sabor ni textura.

Patatas hervidas / Foto: Freepik
Patatas hervidas / Foto: Freepik

Modificar el agua de cocción dependiendo del resultado que queremos es algo tan sencillo como innovador y es que, hasta ahora, a nadie se le había ocurrido potenciar así el sabor de una simple patata. Así, cambiar el agua por caldo ayuda a que el sabor suba de forma exponencial y que esa patata que colocas en el plato junto a una buena carne, esté al nivel que se espera de ella. Sí, el caldo es el secreto. Ese bote que siempre guardas cuando haces una sopa de pollo o cueces las verduras que te sobran de un puré. Ese mismo logrará que tus patatas suban a un nivel inesperado. Para más sabor (todavía se puede) solo hay que cocer las patatas peladas y partidas en gajos. Así todos los matices del caldo penetran mejor en la carne de la patata.

Mejorar la textura de las patatas

Ahora que tenemos claro cómo darles vida a las patatas, toca hablar de la textura. Por ejemplo, necesitas un puré cremoso, pero no quieres muchos añadidos. La solución es cocer esas patatas en leche. Así, no solo es más fácil el convertirlas luego en puré, también te enamorará la textura, más suave, cremosa y con un sabor especial. Para todo lo contrario, es decir, que tus patatas no se deshagan y sigan firmes tras dar saltos en el agua, el truco es añadir al agua un chorro de jugo de limón o un toque de vinagre. Esto es perfecto para una ensaladilla rusa, por ejemplo, que queremos que la patata esté entera y con un color apetecible, no tienda a ese oscuro que da la sensación de llevar esperando demasiado tiempo.