Si alguna vez has pensado que hacer mantequilla casera es cosa de chefs experimentados o de quien tiene horas para pasarlas en la cocina, te sorprenderás al saber lo equivocado que estás. Yo tampoco soy una experta, y, sin embargo, conseguí hacerla en unos simples pasos, ¡y no podría estar más orgullosa del resultado! Y es que la mantequilla es un producto básico en la cocina que, al menos en mi casa, se consume bastante. Desde las tostadas del desayuno hasta esa bolita que alegra muchos platos y les aporta textura.
Cómo hacer mantequilla casera
Por eso, saber salir del paso cuando el paquete de la mantequilla está vacío era tan importante y es que, aunque parezca mentira, esta receta es tan socorrida como las muchas que podrás elaborar a partir de ella.
¡Solo uno! Así de fácil. Con un único ingrediente y sin más equipo que una batidora y un poco de paciencia, descubrirás cómo convertir algo tan cotidiano en una experiencia única y deliciosa. El ingrediente es tan fácil de conseguir como un brik de nata para montar, 500 ml (mínimo 35% de grasa). Los pasos que tienes que seguir son: en primer lugar, bate la nata. Usa una batidora y comienza a batir la nata en un bol grande. En unos minutos, la nata se montará y empezará a endurecerse.
Sigue batiendo hasta que se corte. Tras unos minutos, verás como el líquido se separa de la grasa. Es en este momento cuando comienza a formarse la mantequilla. Una vez que la mezcla se ha dividido, escurre el suero y guarda la mantequilla que ha quedado en el bol. Enjuaga la mantequilla con agua fría y amásala para quitar el exceso de suero. ¡Y listo!
La mantequilla es un producto básico en la cocina y con un solo ingrediente puedes hacerla casera en tu casa
Con esto ya tienes la mantequilla básica, pero ya que estamos en modo chef, hay que darle una vuelta y lograr que este producto casero tenga un extra de sabor. Para ello solo hay que añadir sal y alguna hierba o especia para subir el nivel.
Aquí van mis cinco preferidas (de momento)
- Sal y hierbas aromáticas: Añade una pizca de sal y hierbas frescas como romero, tomillo o albahaca finamente picadas. Esto le dará un toque aromático perfecto para acompañar panes rústicos. ¡Cuidado que engancha!
- Ajo y perejil: Ideal para untar en pan tostado o usar en carnes a la parrilla. Simplemente, mezcla un diente de ajo rallado y perejil fresco picado.
- Limón y pimienta negra: Ralla un poco de piel de limón y añade una pizca de pimienta negra para una mantequilla con un toque fresco y picante, ideal para pescados o mariscos.
- Miel o jarabe de arce: Para una versión dulce, mezcla con un poco de miel o jarabe de arce. Esta variante es ideal para acompañar pancakes o tostadas para los más golosos.
- Chile en polvo y pimentón ahumado: Si te gustan los sabores intensos, puedes añadir una pizca de chile en polvo y pimentón para una mantequilla ligeramente picante, perfecta para maíz a la parrilla o verduras asadas. Una preparación exótica con la que sorprenderás.