Hacer una sopa instantánea en casa es más fácil de lo que parece. Elisa Nutricionista, conocida en X como @EliEscorihuela, ha compartido un truco genial para disfrutar de un caldo saludable en cualquier momento. Sin conservantes, sin aditivos innecesarios y con todo el sabor de los ingredientes naturales. Solo se necesitan tres zanahorias, un puerro, dos ramitas de apio, cuatro dientes de ajo, un poco de jamón serrano, un nabo y algo más de verdura hasta completar un kilo. A eso se le suman 100 gramos de sal, que ayudarán a conservar la mezcla. Con este método, se obtiene una base de sopa lista para usar en segundos. Un truco perfecto para quienes buscan practicidad sin renunciar a lo casero.

Cómo hacer sopa instantánea casera

El proceso no puede ser más sencillo. Primero, se trituran todas las verduras junto con el jamón serrano hasta obtener una mezcla homogénea. Después, se extiende sobre una bandeja de horno y se remueve de vez en cuando mientras se hornea. El calor hará que las verduras se sequen y se intensifiquen los sabores. Cuando todo esté bien tostado, se vuelve a picar y se guarda en un bote de cristal. Así de fácil se consigue una sopa lista para usar en cualquier momento.

Las verduras se pican y se hornean / Foto: Unsplash
Las verduras se pican y se hornean / Foto: Unsplash

Para disfrutarla, solo hay que calentar agua y añadir un par de cucharadas de esta mezcla casera. En segundos, se obtiene un caldo lleno de sabor, sin necesidad de recurrir a las sopas industriales. El resultado es un caldo natural, sin potenciadores de sabor ni ingredientes artificiales. Además, se puede personalizar con más especias o hierbas según el gusto de cada uno.

Este truco es ideal para quienes quieren preparar comidas rápidas sin renunciar a lo saludable. Perfecto para días fríos, cenas ligeras o incluso para llevar al trabajo. Al estar deshidratada, la mezcla dura mucho tiempo sin perder propiedades ni sabor. Un método práctico, delicioso y sin complicaciones.

Esta receta también sirve como base para guisos, salsas o arroces

Además, este concentrado casero no solo sirve para hacer sopas. También puede utilizarse como base para guisos, arroces o salsas, aportando un extra de sabor sin necesidad de caldos procesados. Su versatilidad lo convierte en un imprescindible en la cocina, ahorrando tiempo sin renunciar a la calidad. Con una simple cucharada, cualquier plato gana profundidad y matices, sin recurrir a cubitos industriales cargados de aditivos. Otra gran ventaja es su conservación. Al estar bien seco y con la cantidad justa de sal, puede durar meses sin problemas en un frasco hermético. Basta con guardarlo en un lugar fresco y seco para tener siempre a mano un caldo instantáneo, casero y saludable. Un truco fácil, delicioso y lleno de beneficios que demuestra que lo casero siempre es mejor.