La puesta a punto para la temporada primavera-verano ha comenzado y va mucho más allá de hacer el cambio de armario y algo de dieta para lucir nuestra mejor versión. Nuestra cocina también necesita una actualización y no hay excusas para retrasarla más.
Nuestra alimentación cambia al llegar el buen tiempo. Hay muchas recetas que dejamos de hacer, simplemente porque apetecen menos, como puede ser el caso de las sopas o los guisos de cuchara más contundentes. Con el calor apetecen más ensaladas, más productos frescos y alimentos que nos ayuden a cuidarnos sin hacernos perder mucho tiempo. Y es que, ya se sabe que estos meses la agenda está siempre a reventar.
Un dos por uno
Ya que abrimos la despensa, vamos a aprovechar para hacer una buena limpieza y retirar todos esos productos que han caducado. Siempre hay un bote de tomate que se quedó al fondo olvidado, una bolsa de pan de molde que ya está duro como una piedra o unos cereales que compraste por un antojo, pero que nunca volviste a probar. Los caramelos por los que casi te pegas con el señor de al lado el día de la Cabalgata de Reyes también pueden ir ya fuera.
Ahora que está limpia y vacía, coloca al fondo lo que menos utilizas y deja un hueco bien visible para los “productos de temporada”. Así, puedes esconder los briks de sopa que sabes que no sacarás hasta el otoño y darle preferencia al gazpacho envasado que estos días te puede salvar una cena o un primer plato.
Igual haremos con los botes de salsas más pesadas, que ya se pueden sustituir por un pesto. Más fresquito y ligero para estas fechas.
Más ensaladas
Con la llegada del calor empieza oficialmente la temporada de ensaladas. Para no caer en la monotonía y terminar aburridos por comer lo mismo, hay que surtir bien la despensa. Al socorrido atún o las aceitunas vamos a sumar maíz, tomates secos, pimientos en conserva (en tiras o enteros) y espárragos (tanto verdes como blancos).
Con un poco de arroz o incluso algo de pasta, tenemos una comida saludable, completa y rápida a pesar de no haber contado con frescos.
También es buena idea contar con varios encurtidos. Alegran cualquier plato a la vez que pueden ser ese picoteo sano que mata el gusanillo antes de la cena. Y como no, imprescindibles cuando queremos ser buenos anfitriones con nuestros invitados.
Siempre en su punto
Ya sabemos que la primavera y el verano son la época ideal para tirar de frescos. La variedad de frutas es más amplia y algunas son exquisitas. Lo mismo ocurre con las verduras, y es que los huertos están ya a reventar de productos de calidad.
Pero también sabemos que es una temporada complicada para organizar, más aún cuando se acerque el verano y empiecen las vacaciones y ese ir y venir. Con una buena organización podrás regresar a casa y encontrarte la nevera vacía (o con algo pocho), pero siempre tendrás una despensa que te salve.
Por eso, añade a la lista unos picos o pan tostado, legumbres para preparar ensaladas rápidas (los garbanzos son los más agradecidos) y muchas conservas de pescado. Las sardinillas son muy saludables y están a buen precio, por ejemplo.
Siempre fuera
Y aprovechamos para recordar que hay alimentos que siguen teniendo su lugar en la despensa aunque las altas temperaturas nos animen a meterlos en el frigo. Aquí incluimos el chocolate (si no soportas mancharte los dedos, renuncia a él hasta el invierno, pero a la nevera no), el pan de molde, los tomates y las frutas tropicales como el aguacate o los plátanos.