El donut es el dulce más icónico de la cultura estadounidense. Desde los policías de los Simpsons hasta los trabajadores de The Office, el donut es mucho más que un alimento y se ha convertido en un icono de la cultura pop. Pero por muy americano que nos parezca, el donut llegó a nuestra casa de la mano de un visionario de Lleida que mejoró el concepto que conoció en los Estados Unidos. Este es el origen del donut en nuestra casa.
Un visionario de Alfarràs
Si de vez en cuando puedes disfrutar de un desayuno o merienda de donuts es gracias a Andreu Costafreda i Montoliu, un empresario y visionario de Alfarràs (Segrià) que supo implementar una de las ideas gastronómicas de más éxito en todo el estado. Hijo de panaderos, en un viaje a los Estados Unidos descubrió un brioche muy curioso que tenía un agujero en medio. Se les denominaba Dognuts, nombre que le gustó y que quiso mantener, adaptado, cuando trajo la idea a Catalunya.
Se cree que Gregory, el marinero, en un intento por conseguir la versión de brioche perfecta, pellizcó una parte del centro de unas piezas crudas que tenía que freír. Al cocerlas, vio que el brioche quedaba perfectamente cocido por todas partes
Los Dognuts eran un dulce redondo con un agujero en el medio que en realidad, según algunas teorías, es originario de los Países Bajos. Un prototipo de donut que, cuando emigró de Europa a los Estados Unidos a mediados del siglo XIX, todavía no tenía el característico agujero redondo en el centro. Se cree que el agujero, como tantos otros inventos en el mundo, fue fruto de la casualidad y del ingenio de una sola persona. Se cree que Hanson Gregory, un marinero muy espabilado, fue quien lo creó.
El origen del agujero del medio
Uno de los problemas que tenía la versión previa del donut (la que no tenía un agujero en medio) era que costaba que quedara bien frito en el centro. Se cree que Gregory, el marinero, en un intento por conseguir la versión de brioche perfecta, pellizcó una parte del centro de unas piezas crudas que tenía que freír. Al cocerlas, vio que el brioche quedaba perfectamente cocido por todas partes porque al retirar la parte central, todo quedaba frito de manera equilibrada. Este truco se fue popularizando en los Estados Unidos hasta que se acabó consolidando. Fue entonces cuando, un siglo después, Andreu Costafreda se llevó de nuevo la idea a Europa para crear una de las marcas de dulces más conocida y popular de todo el estado. Un proyecto de éxito que ya forma parte del imaginario colectivo en el Estado español y que se hizo realidad gracias al trabajo de un empresario de Lleida que era hijo de panaderos.