Los palmitos son uno de esos ingredientes que, aunque discretos, aportan un toque especial a cualquier plato. De textura tierna y sabor suave, se han ganado un lugar en la gastronomía de numerosos países. Pero, ¿de dónde salen exactamente estos cilindros blancos y jugosos? El palmito es el brote tierno del cogollo de ciertas palmeras, principalmente de especies como la Euterpe oleracea (más conocida como açaí), la Bactris gasipaes (palmera pejibaye) o la Chamaerops humilis. Su obtención requiere un proceso cuidadoso, ya que para recolectarlo es necesario cortar la parte superior de la palmera, lo que puede significar la muerte de la planta si no se cultiva de forma sostenible. Por ello, cada vez más productores apuestan por especies que permiten el rebrote, garantizando una cosecha más responsable con el medioambiente. Esta peculiaridad en su recolección, unida a su delicado sabor y escasa disponibilidad en algunas zonas, ha hecho que históricamente se considere un manjar exótico y refinado.

Palmitos: de dónde sale este manjar y cómo se consume

Originarios de regiones tropicales de América del Sur y Central, los palmitos son muy populares en países como Brasil, Ecuador o Costa Rica. No obstante, también han encontrado un lugar destacado en la cocina de países europeos, sobre todo en Francia y España, donde suelen aparecer en ensaladas frías, canapés y entrantes sofisticados. Se comercializan principalmente en conserva, lo que permite mantener su textura crujiente y sabor neutro durante largo tiempo. Esto los hace muy versátiles, ya que pueden integrarse fácilmente tanto en recetas saladas como en preparaciones más creativas o innovadoras.

Se suelen utilizar en ensaladas o como canapé / Foto: Unsplash
Se suelen utilizar en ensaladas o como canapé / Foto: Unsplash

A nivel culinario, los palmitos combinan a la perfección con salsas suaves, mariscos, pescados o ingredientes frescos como tomate, aguacate y lechuga. Gracias a su sabor sutil, no roban protagonismo, pero sí aportan un contraste interesante de textura y una presentación atractiva. En la cocina vegetariana y vegana también tienen un papel relevante: su consistencia firme pero delicada los convierte en un sustituto ideal para platos que requieren cierto volumen o presencia, como en ceviches vegetales o tacos. Incluso hay recetas en las que se utilizan como “falsos calamares” o “pasteles de cangrejo” sin ingredientes de origen animal.

Quedan perfectos combinados con marisco o pescado

Nutricionalmente, los palmitos son bajos en calorías y ricos en fibra, además de contener minerales como el potasio, el hierro y el zinc. No obstante, al comprarlos en conserva, conviene revisar la etiqueta para controlar el nivel de sodio, ya que algunas marcas utilizan sal como conservante en cantidades elevadas.

Contienen minerales como zinc, hierro o potasio / Foto: Unsplash
Contienen minerales como zinc, hierro o potasio / Foto: Unsplash

Así pues, los palmitos son un ingrediente especial, con un origen fascinante y un potencial culinario que va mucho más allá de una simple ensalada. Una joya vegetal que merece ser redescubierta.

Este artículo ha sido elaborado con la ayuda de ChatGPT y supervisado por un periodista de Elnacional.cat.