Las patatas son un alimento básico en la dieta de muchas personas alrededor del mundo, apreciadas por su versatilidad y su capacidad para almacenarse durante largos períodos. Sin embargo, cuando las patatas comienzan a brotar, surgen preocupaciones sobre su seguridad y si aún son aptas para el consumo. La presencia de brotes en las patatas no es solo una señal de que han comenzado a envejecer y perder calidad, sino que también indica la posible formación de compuestos potencialmente tóxicos, como la solanina y la chaconina, que pueden tener efectos perjudiciales para la salud.

Patata, un alimento muy presente / Foto: Unsplash

La formación de brotes y compuestos tóxicos

Los brotes en las patatas son indicativos de que el tubérculo ha entrado en un proceso de germinación, buscando desarrollar nuevas plantas. Aunque este es un proceso natural, durante la germinación, las patatas aumentan la producción de ciertos glicoalcaloides, principalmente solanina y chaconina. Estos compuestos están presentes de manera natural en las patatas y en otras plantas de la familia de las solanáceas como mecanismo de defensa contra insectos, enfermedades y daños físicos.

Los brotes en las patatas son indicativos de que el tubérculo ha entrado en un proceso de germinación

Riesgos para la salud

La solanina y la chaconina son tóxicas si se ingieren en grandes cantidades. Pueden provocar síntomas de intoxicación que incluyen náuseas, vómitos, diarrea, dolor de estómago, dolor de cabeza, mareos y en casos graves, incluso puede llevar a problemas neurológicos como la parálisis o dificultad respiratoria. La sensibilidad a estos compuestos varía entre individuos, pero los niños son particularmente vulnerables a sus efectos tóxicos.

Cómo identificar patatas no aptas para el consumo

Además de la presencia de brotes, hay otras señales que indican que una patata puede contener niveles peligrosos de glicoalcaloides y, por lo tanto, debe evitarse su consumo:

  • Coloración verde: La exposición a la luz puede hacer que partes de la patata desarrollen clorofila y se tornen verdes, lo cual es un indicador de la presencia aumentada de solanina.
  • Textura blanda o podrida: Aunque no directamente relacionado con los glicoalcaloides, este cambio en la textura puede indicar descomposición y posible formación de sustancias nocivas.
  • Olor desagradable: Una patata que ha desarrollado un olor fétido o desagradable debe desecharse.
Patatas en buen estado / Foto: Unsplash

Precauciones y recomendaciones

  • Eliminar los brotes y áreas verdes: Si las patatas solo tienen brotes pequeños o áreas verdes superficiales, estos pueden ser eliminados completamente antes de cocinar la patata. Sin embargo, si estos signos son extensos, es mejor desechar la patata.
  • Almacenamiento adecuado: Para minimizar la germinación y producción de glicoalcaloides, las patatas deben almacenarse en un lugar fresco, oscuro y bien ventilado.
  • Inspección antes de consumir: Siempre es recomendable inspeccionar las patatas antes de su uso para asegurarse de que no presenten signos de deterioro.

Conclusión

Aunque las patatas son un alimento nutritivo y delicioso, es importante ser cauteloso con aquellas que han comenzado a brotar. La presencia de brotes indica no solo una disminución en la calidad del alimento, sino también un aumento en los compuestos que pueden ser perjudiciales para la salud. Siguiendo prácticas de almacenamiento adecuadas y tomando precauciones al prepararlas, se puede disfrutar de las patatas de manera segura y saludable.