En una comida hay dos momentos clave que determinan el recuerdo que nos llevamos de un restaurante: por un lado, los entrantes, y por el otro, los postres. El sabor de los postres es el que nos llevamos a casa, pero antes de los platos principales, la auténtica prueba del algodón de un restaurante son las croquetas. El plato, o tapa, tradicional, por excelencia en Catalunya suele ser indicador de la calidad del resto de platos que comerás.

Un plato casero

Las mejores croquetas son las caseras. Hechas con amor y paciencia, las croquetas hechas a mano no tienen nada que ver con las congeladas. Y cuando un restaurante sabe hacer unas buenas croquetas, suele significar que el festín que te espera también es de calidad. La croqueta perfecta suele ser crujiente por fuera y cremosa por dentro, pero cada maestrillo tiene su librillo y no a todo el mundo le gustan de la misma manera. Además, si entramos en los diferentes sabores que existen, no acabaríamos nunca. Las de jamón son las reinas indiscutibles de los restaurantes de todo el Estado, pero las nuevas generaciones están apostando por sabores innovadores que conviven con los más tradicionales.

La croqueta es un lienzo en blanco que puedes pintar de lo que quieras

Croqueta de entrecot en el Gastronòmic Forum Barcelona / Foto: ACN

Algunas de las croquetas más habituales en las cartas catalanas, además de las de jamón, son las de pollo, bacalao, asado o queso. Pero también hay de calamares, de setas, de verdura, de capipota, escudella, fricandó, kimchi, trufa o cualquier ingrediente que se te ocurra. La croqueta es un lienzo en blanco que puedes pintar de lo que quieras.

Croqueta catalana de temporada

Si quieres hacer las croquetas igual que las que te comerías en el restaurante, ponte el delantal y prepara los ingredientes para hacer estas croquetas de calçots:

Ingredientes:

  • 400 gramos de calçots escalivados y pelados (25 unidades)
  • Un litro de leche
  • 110 gramos de harina
  • 80 gramos de mantequilla
  • 15 gramos de sal, pimienta blanca
  • 120 gramos de huevo entero pasterizado
  • 200 gramos de pan de payés rayado

Elaboración:

Corta los calçots a rodajas de un centímetro. Dóralos un poco con la mantequilla y añade la harina. Mientras tanto, prepara el roux durante cinco o seis minutos a fuego lento. Añade la leche cuando hierva y remuévelo poco a poco. Acto seguido tira la sal y la pimienta blanca y déjalo a fuego lento durante 20 minutos sin dejar de removerlo para evitar que se enganche. Una vez hecho, déjalo a temperatura ambiente hasta que se enfríe. Por último, da forma a las croquetas haciendo las bolas con las manos. Para rebozarlas las pasaremos, primero, por el huevo pasterizado y después, por el pan de payés rayado. Fríelas a 190 grados durante dos minutos y listos. Ah, para acabar de triunfar con este plato, no te olvides de servir las croquetas con la típica salsa de calçots.