El pollo frito coreano, conocido como chikin en Corea del Sur, ha conquistado paladares alrededor del mundo por su combinación única de una corteza crujiente, un interior jugoso y una explosión de sabores que lo hacen inigualable. Esta receta, que ha evolucionado desde los años 60, no es solo una forma de cocinar pollo: es toda una experiencia gastronómica que refleja la creatividad culinaria coreana.
Pollo frito coreano: una receta crujiente y jugosa
El secreto del pollo frito coreano está en su doble fritura, una técnica que asegura una capa exterior ultracrujiente y un interior perfectamente cocido. A diferencia de las versiones occidentales, este estilo de pollo frito suele ser más ligero, menos grasiento y con una textura que permanece crujiente incluso después de ser recubierto con salsas.
Otra característica destacada es la amplia variedad de salsas que lo acompañan. Desde la clásica yangnyeom, una mezcla de sabores dulces, picantes y umami, hasta salsas a base de miel, ajo o incluso soja, hay opciones para todos los gustos.
Ingredientes básicos
Para preparar pollo frito coreano en casa, necesitarás:
- Para el pollo: 1 kg de alitas o trozos de pollo, 1 taza de maicena o fécula de patata, 1 taza de harina de trigo, sal y pimienta al gusto, y aceite para freír.
- Para la salsa yangnyeom (opcional): 2 cucharadas de pasta de chile coreano (gochujang), 3 cucharadas de ketchup, 2 cucharadas de miel, 1 cucharada de salsa de soja, 1 diente de ajo picado y 1 cucharadita de aceite de sésamo.
Hay una gran variedad de salsas con las que puedes acompañar el plato
Cómo hacer el pollo frito coreano
Para comenzar, sazona los trozos de pollo con sal y pimienta y déjalos reposar durante al menos 30 minutos, lo que permitirá que absorban los sabores. Mientras tanto, mezcla la harina de trigo y la maicena en un recipiente amplio. Una vez pasado el tiempo de reposo, cubre cada trozo de pollo con esta mezcla, asegurándote de que estén bien empanizados. Calienta el aceite en una sartén profunda a una temperatura de aproximadamente 170 °C y fríe los trozos de pollo durante 6-8 minutos. Retíralos del aceite y déjalos reposar en papel absorbente mientras subes la temperatura del aceite a 190 °C. Luego, vuelve a freír el pollo durante 2-3 minutos para crear esa textura ultracrujiente que distingue a esta receta.
Si decides preparar la salsa yangnyeom, mezcla todos los ingredientes en una sartén y caliéntalos a fuego medio hasta obtener una consistencia uniforme. Finalmente, baña el pollo en la salsa o sírvela aparte. Acompaña este plato con rábanos encurtidos y una cerveza fría para disfrutarlo al estilo coreano.
Un fenómeno global
El pollo frito coreano no es solo comida; es una celebración. Ya sea como snack, comida familiar o el plato estrella de reuniones con amigos, su popularidad sigue creciendo gracias a su irresistible textura y su versatilidad de sabores. Anímate a prepararlo en casa y descubre por qué este plato se ha ganado el título de la receta de pollo más crujiente y jugosa del mundo.