Comer acompañado es una práctica que muchas personas disfrutan, y no es casualidad que el cuerpo nos impulse a buscar compañía durante las comidas. Existen varias razones científicas que explican por qué preferimos comer en compañía.

Seres sociales

1. Conexión social y bienestar emocional

La primera razón es la conexión social y el bienestar emocional. Los seres humanos somos seres sociales por naturaleza. Desde un punto de vista evolutivo, la socialización ha sido crucial para la supervivencia de nuestra especie. Comer en compañía fortalece los lazos sociales y proporciona un sentido de pertenencia. Este comportamiento tiene raíces profundas en nuestra evolución, ya que, en tiempos primitivos, compartir una comida era un signo de seguridad y protección dentro del grupo. En el contexto moderno, compartir una comida con otros puede desencadenar la liberación de oxitocina, conocida como la "hormona del amor" o del apego, lo que nos hace sentir más felices y conectados con los demás. Este efecto es particularmente fuerte cuando comemos con personas que nos importan, ya que el acto de compartir alimentos puede fortalecer nuestras relaciones interpersonales.

Picnic, un momento ideal de comida con amigos / Foto: Unsplash

2. Influencia en la cantidad de alimento consumido

La segunda razón está relacionada con la cantidad de alimento que consumimos. Comer acompañado puede influir en la cantidad de comida que ingerimos. Estudios han demostrado que las personas tienden a comer más cuando están en compañía de otros. Este fenómeno, conocido como la "facilitación social de la comida", sugiere que el entorno social puede afectar nuestro comportamiento alimentario. Al estar rodeados de personas que también están comiendo, es más probable que ajustemos nuestra ingesta para alinearnos con las expectativas sociales o simplemente porque el acto de comer se prolonga más tiempo debido a las conversaciones y la interacción. Este efecto puede ser beneficioso en algunos contextos, como en reuniones familiares, donde compartir grandes cantidades de comida es común y socialmente aceptado.

Comida familiar / Foto: Unsplash

Comer acompañado puede influir en la cantidad de comida que ingerimos

3. Reducción del estrés y la ansiedad

La tercera razón es la reducción del estrés y la ansiedad. Comer en compañía puede ser un acto relajante que disminuye los niveles de cortisol, la hormona del estrés. La interacción social durante las comidas puede ayudar a desviar la atención de preocupaciones o tensiones, creando un ambiente más relajado y placentero. Además, cuando compartimos una comida, especialmente si es con personas queridas, el apoyo emocional que recibimos puede actuar como un calmante natural, aliviando la ansiedad y mejorando nuestra salud mental.