¡Feliz año nuevo, Gourmeter! Se acaba en el 2023 y, como cada año, es hora de comerse las uvas a las 12 h de la noche. 12 campanadas, 12 uvas. Una tradición para empezar el año que hemos hecho toda la vida, pero que quizás no te has planteado nunca dónde tiene el origen. Hoy te explicamos por qué se come uva por Nochevieja, para que puedas empezar en el 2024 bien enterado de las tradiciones nuestras de siempre.
¿Por qué comemos uvas por Nochevieja?
La tradición de comer uvas por Nochevieja es, en parte, una copiada de las costumbres francesas. Bien, hasta cierto punto. Vamos por partes. Nos situamos a finales del siglo XIX. La burguesía francesa tenía por costumbre celebrar fiestas privadas donde se comía y bebía por encima de sus posibilidades. Carne, pescado, frutas, verduras y, evidentemente, champán. La aristocracia española, que no quería ser menos, se fijó en este estilo de ocio burgués y empezó a celebrar fiestas similares en sus palacios. En estas fiestas, una de las frutas que se consumía era la uva. Y uno de los momentos en que más habitual era comérsela, era durante las fiestas de Nochevieja, justo en el momento en que empezaban a sonar las campanadas de las 12 h. En estas fiestas solo asistían las clases altas, y la costumbre de comer uvas hacía gracia a las clases populares, que lo encontraban una excentricidad más de la gente adinerada. Una noche, en una acción de sátira y protesta, algunos obreros salieron a la calle a celebrar la Nochevieja comiendo uvas, al igual que lo hacían los ricos, en tono burlesco. Una acción, a priori banal, que fue cuajando año tras año, y que se ha acabado quedando, con riadas de gente celebrando el año nuevo en las avenidas y plazas principales de ciudades y pueblos de todo el estado.
Una noche, en una acción de sátira y protesta, algunos obreros salieron a la calle a celebrar la Nochevieja comiendo uva al igual que lo hacían los ricos, en tono burlesco
¿Por qué 12 uvas?
De entrada hay que tener en cuenta que la uva es la fruta ideal para esta tradición. Imagínate tener que comer 12 ciruelas, 12 manzanas o 12 sandías. Es una idea estúpida. Y sí, está claro que se podría comer un trocito solo, pero qué gracia tendría comer un trozo de fruta, cuando en nuestra casa tenemos una buenísima que podemos ingerir entera. El tamaño de la uva, y sobre todo el excedente de cosecha que solía haber, propiciaron que esta fuera la fruta 'escogida' para celebrar la ya tradicional Nochevieja. Una fruta que, además, se consideraba que traía fortuna. Se solía asociar el consumo de uva con la bonanza económica. Y si hay un momento del año en que se tiene que ser supersticioso, es por Nochevieja. Porque el cambio de año implica reiniciarlo todo, poner el contador a cero y volver a empezar, con la esperanza de hacerlo con buen pie. Y con respecto al número, el 12 es un número que no esconde muchos secretos. 12 son los meses que tiene el año y 12 son las campanadas que suenan para indicar las 12 horas. Fácil e intuitivo.