La calçotada es una de las tradiciones gastronómicas más queridas de Catalunya, especialmente en la región de Tarragona. Este evento, que se celebra desde principios de febrero, coincidiendo con las festividades de la Virgen de la Candelera, hasta mediados de abril, reúne a familias y amigos alrededor de una parrilla, en una experiencia que va más allá de lo culinario para convertirse en un auténtico ritual social.

¿Por qué se comen calçots en Catalunya?

El origen de esta tradición está estrechamente ligado a un personaje singular: Xat de Benaiges, un campesino de Valls. Según cuenta la historia, a finales del siglo XIX, este hombre, cuyo verdadero nombre era Benaiges, pasaba largas horas solo en su masía, experimentando con diferentes formas de cocinar los productos que cultivaba. En uno de estos experimentos, plantó cebollas y las cubrió parcialmente con tierra mientras crecían, obteniendo un brote alargado y tierno. Al asarlas directamente sobre las brasas, descubrió que su sabor era único y delicioso.

Los calçots fueron el resultado de un experimento de cultivos / Foto: Unsplash

Etimología del término calçot

El término “calçot” proviene del verbo catalán “calçar,” que significa cubrir o amontonar tierra alrededor de la base de la planta. Este método de cultivo es esencial para que la cebolla desarrolle su característico tallo largo y blanco, que es la parte comestible. A partir de este descubrimiento, Benaiges comenzó a compartir su invención con los vecinos de la zona, y poco a poco, la costumbre de asar y comer calçots se extendió por toda la región. Hoy en día, la calçotada se ha convertido en una auténtica celebración de la cultura y la gastronomía catalana. Las calçotadas tradicionales se organizan al aire libre, donde los calçots se asan directamente sobre llamas de sarmientos, una técnica que les da su característico sabor ahumado. Después de asarlos, se envuelven en papel de periódico para mantenerlos calientes y se sirven con la emblemática salsa romesco o salvitxada, hecha a base de tomate, almendra, avellana, ajo y aceite de oliva.

Los calçots se preparan directamente sobre las llamas / Foto: Unsplash

La calçotada es mucho más que una comida: es un símbolo de unión, tradición y orgullo cultural. Durante esta temporada, se celebran numerosas fiestas y encuentros en torno a los calçots, siendo Valls, cuna de esta tradición, el epicentro de las celebraciones. Cada año, miles de personas acuden a esta localidad para participar en la Gran Fiesta de la Calçotada, que incluye concursos de comer calçots y demostraciones culinarias. El humilde experimento del Xat de Benaiges dio lugar a una de las costumbres más emblemáticas de Catalunya. La calçotada no solo preserva el legado de esta región, sino que también invita a todos a disfrutar de su sabor único y del espíritu festivo que la rodea.