Cada vez está más extendido que al pedir carne, ya sea una hamburguesa o un entrecot, se pregunte por el punto de la carne. Esto es algo que siempre me ha gustado y que ahora todavía más. Y es que, normalmente, cuando pides la carne muy cocida, siempre hay quien tiene que recordar que así se pierde sabor, calidad, textura, etc. Ahora, ante esos que se comen la carne prácticamente cruda y gritan a los cuatro vientos que así es como debe ser, hay un argumento con el que callarles: la seguridad.
Peligro innecesario y un enemigo conocido
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición ha confirmado lo que ya muchos sabían y algo que los nutricionistas llevan tiempo diciendo. Consumir carne de vacuno poco cocinada aumenta el riesgo de intoxicación alimentaria en un 30%. Es decir, una cifra nada despreciable. Este riesgo desciende a medida que se cocina la carne, siendo el punto más seguro cuando el centro de la pieza que vamos a consumir ha llegado a los 63 °C. Esto se puede traducir en que no está rosa ni, por supuesto, sangra al cortarse.
La carne cruda puede estar contaminada con microorganismos y esto es mucho más habitual de lo que podemos creer. Y uno de los más habituales es la bacteria Escherichia coli (E. coli), que puede llegar a causar infecciones muy graves. Esta enfermedad puede tardar hasta 72 horas en dar la cara y su síntoma más habitual es la diarrea súbita e intensa. También se puede producir fiebre, inapetencia, cólicos y también vómitos. Si te estás preguntando por qué no nos ponemos todos enfermos cada vez que consumimos carne de vacuno, la respuesta es fácil, este y la mayoría de patógenos mueren al cocinarse.
Más peligro en la carne picada
Esta bacteria, al igual que otras muchas, se suele quedar en la superficie de la carne, por lo que, si hablamos de un bistec, es muy probable que muera al ponerla en el fuego (por muy poco tiempo que la cocinemos). Pero en el caso de las hamburguesas, al picar la carne, esa bacteria se extiende por toda la carne y, lo que es peor, al dejarla preparada durante horas, esa bacteria se reproduce a gran velocidad intoxicando toda la carne.
Por eso, cuando estamos fuera de casa, la recomendación es consumir la carne muy cocida, sobre todo si hablamos de personas mayores, niños o inmunodeprimidos. También es importante recordar que las hamburguesas no son la única preparación que se ve afectada por esta bacteria. La carne picada en general se ve expuesta a este peligro, por lo que siempre hay que tener cuidado cuando se compra y, sobre todo, cuando se almacena en casa. Sabiendo esto, es recomendable consumirla rápido, picarla en casa o en lugares de confianza y cocinarla por completo. Solo así se pueden minimizar riesgos y disfrutar tranquilo, ya sea de una buena hamburguesa o de cualquier otro plato con carne.