Tenemos un tesoro único que tenemos que preservar como si se tratara de algo en peligro de extinción. Hablamos de la horchata. Pero no solo de la bebida (que te la podrías hacer en casa porque es una receta sencillísima y sin secretos) sino del delicioso "ir a hacer una horchata" que, aunque no hay estudios que lo avalen, es una de las píldoras de salud social más efectivas y, además, sin perniciosos efectos secundarios. Se va a "hacer la horchata" en aquel momento en que la tarde todavía está bien viva y, por lo tanto, todo el mundo es bienvenido.
La horchata, apta para todo el año
La horchata, especialmente la horchata de chufa, es una bebida tradicionalmente asociada con el verano debido a su capacidad para refrescar y su sabor dulce. Sin embargo, hay razones por las que podría ser mejor consumirla en otoño o invierno. La horchata se podría beber en noviembre, por ejemplo, porque el tubérculo se comercializa seco y, por lo tanto, no tiene temporada.
La horchata de chufa es rica en nutrientes, incluyendo vitaminas C y E, minerales como el magnesio, y antioxidantes. Estos nutrientes pueden ser beneficiosos en los meses más fríos, cuando el sistema inmunológico puede necesitar un refuerzo adicional para combatir los resfriados y otras enfermedades invernales.
Contenido nutricional, calorías y energía
Además, contiene calorías que pueden proporcionar una fuente de energía extra durante el otoño y el invierno, cuando las temperaturas más bajas pueden aumentar las necesidades energéticas del cuerpo. Aunque la horchata se sirve tradicionalmente fría, también puede ser disfrutada a temperatura ambiente o incluso caliente. Tomarla caliente en invierno puede ser una alternativa reconfortante y agradable.
Menor deshidratación, menor demanda y mejor calidad
En verano, aunque la horchata es refrescante, puede que no sea la mejor opción para hidratarse, especialmente si es muy dulce. En otoño e invierno, la necesidad de hidratación es menor, lo que hace que la horchata sea una buena opción sin preocupar tanto por este hecho propio de los meses de más calor. La chufa, principal ingrediente de la horchata, tiene un ciclo de cultivo que permite su cosecha a finales de año. Consumir horchata en otoño e invierno puede alinearse mejor con los ciclos naturales de cultivo y disponibilidad de ingredientes frescos. Fuera de la temporada alta de consumo (verano), la horchata puede ser de mejor calidad y con menos aditivos, ya que la producción puede no estar tan orientada a satisfacer una demanda masiva rápida.
Aunque la horchata es popular en verano por su capacidad para refrescar, hay varios beneficios en consumirla durante el otoño e invierno, desde un aporte nutricional adecuado hasta la posibilidad de disfrutarla caliente.