Cuando te hablan de las sardinas, lo más probable es que pienses en la variedad de las sardinas enlatadas, las cuales generalmente vienen en aceite o en tomates y han sido una manera muy popular de comer pescado durante muchos años. Las sardinas son un tipo de pescado aceitoso y aunque se consideran una sola especie, en realidad existen más de 20 tipos de sardinas. Aunque se les diga pescado aceitoso, eso no significa que tenga alto contenido de grasas malas, sino más bien al contrario, tiene una alta cantidad de omega-3, un ácido graso bien conocido por sus excelentes beneficios para nuestra salud.

Sardinas en lata: razones para no comer

A continuación, repasamos algunas justificaciones según las cuales sería mejor reducir el consumo de las sardinas en lata.

Contaminación por metales pesados

Una de las principales razones para evitar las sardinas en lata es la presencia de metales pesados, como el mercurio y el cadmio. Estos metales pueden acumularse en el organismo con el tiempo y causar problemas de salud graves, incluyendo daños neurológicos y renales. Aunque las sardinas suelen tener niveles más bajos de mercurio en comparación con otros pescados grandes, el consumo regular puede contribuir a acumular estos metales tóxicos.

Altos niveles de sodio

Las sardinas en lata a menudo contienen altos niveles de sodio, que se utiliza como conservante y para mejorar el sabor. El consumo excesivo de sodio está relacionado con hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares y retención de líquidos. Para personas con problemas de salud preexistentes, como hipertensión, la ingesta regular de sardinas en lata puede agravar estos problemas.

Compuestos químicos en envases

Muchos productos enlatados, incluidas las sardinas, están envasados en latas que contienen bisfenol A, un compuesto químico que se ha asociado con varios problemas de salud, como trastornos endocrinos, problemas de desarrollo y aumento del riesgo de cáncer. Aunque algunas empresas han empezado a utilizar envases sin BPA, no todos los productos en el mercado están libres de este químico.

Impacto ambiental y sostenibilidad

El proceso de pesca y enlatado de sardinas también plantea preocupaciones ambientales. La pesca masiva de sardinas puede conducir a la sobreexplotación de las poblaciones de pescados, afectando al equilibrio del ecosistema marino. Además, la producción y rechazo de latas contribuyen a la contaminación ambiental. Optar por alternativas frescas o congeladas, o buscar marcas que se adhieran a prácticas de pesca sostenible, puede ser una mejor opción.

Aditivos y conservantes

Además del sodio, las sardinas en lata a menudo contienen otros aditivos y conservantes para prolongar la vida útil y mejorar el sabor. Estos compuestos, aunque generalmente considerados en pequeñas cantidades, pueden causar reacciones adversas en personas sensibles o alérgicas. Leer esmeradamente las etiquetas y escoger productos con la menor cantidad de ingredientes añadidos es crucial para minimizar estos riesgos.

Aunque las sardinas en lata pueden ser una fuente conveniente y económica de nutrientes esenciales, las preocupaciones sobre la contaminación por metales pesados, los altos niveles de sodio, la presencia de BPA en los envases, el impacto ambiental y el uso de aditivos y conservantes sugieren que el consumo tiene que ser moderado y consciente. Considerar alternativas frescas o congeladas y optar por productos de marcas que prioricen la salud y la sostenibilidad puede ser una elección más segura por el bienestar personal y el del planeta.