Cuando hablamos de aceite de oliva catalán es habitual pensar en comarcas como las Garrigues, tierra de aceite por excelencia del país, o en el Urgell, el Segrià o la Conca de Barberà. Pero lo que seguramente no sabías es que en Barcelona ciudad también se puede hacer aceite de calidad. La Fundación Els Tres Turons, del distrito de Horta-Guinardó, ha elaborado un aceite de oliva virgen extra solidario en Can Soler, una masía ubicada dentro del término municipal de Barcelona.

Aceite de oliva solidario

Hacer aceite de oliva virgen extra en Barcelona es un hito poco habitual, pero no imposible. La Fundación solidaria Els Tres Turons presentó el mes pasado su nuevo proyecto social. Un proyecto gastronómico singular que consiste en la elaboración de cincuenta litros de aceite de oliva virgen extra con olivas de árboles de Barcelona. Se trata de un conjunto de olivos ubicados en los terrenos de Can Soler, una masía centenaria que ha recuperado el cultivo de unos olivos que hacía más de cincuenta años que estaban abandonados.

Los olivos de Can Soler son únicos en la ciudad de Barcelona / Foto: Irene Vilà Capafons

El objetivo del proyecto es difundir la tarea de la fundación y no conseguir un beneficio económico de la producción

Las olivas son becarudas, una variedad autóctona prácticamente desaparecida y originaria de la zona del Vallès y el Barcelonès poco habitual en otros lugares de Catalunya. A pesar de tratarse de aceite de oliva virgen extra, es decir, un aceite de la máxima calidad, las limitadas botellas que se han etiquetado no están en venta. El objetivo del proyecto es difundir la tarea de la fundación y no conseguir un beneficio económico de la producción. En total se han producido cincuenta litros de aceite con la cosecha de este año y del año pasado. La entidad ha esperado hasta el 2024 para presentar el proyecto y hacer llegar su mensaje a toda la ciudad.

El aceite no está en venta y sirve para difundir el proyecto por todas partes / Foto: Irene Vilà Capafons

Apoyo a la salud mental

Els Tres Turons nació el año 1985 como una entidad en apoyo a la salud mental. Se trata de una fundación que hace casi cuarenta años que da servicio al distrito de Horta-Guinardó y que año tras año crece para ampliar sus fronteras. El proyecto del aceite de Can Soler es la prueba de la fortaleza del tejido solidario del barrio y de cómo la gastronomía puede ser un canal de difusión de proyectos sociales.

La producción del aceite se ha hecho de forma colectiva, tanto con personas de la fundación como con otros agentes sociales del distrito

Desde Can Soler hay unas vistas privilegiadas de la ciudad / Foto: Irene Vilà Capafons

Las personas que trabajan en la masía, en tareas de cosecha y mantenimiento de los huertos y olivos, son personas con diagnóstico de salud mental atendidas por la fundación. Pero la producción del aceite se ha hecho de forma colectiva, tanto con personas de la fundación como con otros agentes sociales del distrito, como escuelas o asociaciones de vecinos. Aunque la cosecha sea reducida, si el clima lo permite, esperan repetir la producción el próximo año.