Este fin de semana se han celebrado dos de las fiestas gastronómicas más importantes de la temporada en Barcelona. Se trata del Tast a la Rambla y el Meat & Fire, dos festivales al aire libre donde la comida y el ambiente festivo son un reclamo infalible para atraer al público. Las dos planteaban formatos diferentes, pero el éxito de convocatoria que han tenido ha sido abrumador. Más de 150.000 personas han llenado la plaza Catalunya y el Moll de la Fusta, sin embargo, ¿qué impacto tienen acontecimientos como estos en la ciudad? Repasamos cómo han ido las ferias.

Dos gigantes gastronómicos

Montar una feria en la plaza Catalunya no es fácil. Necesitas permisos, contactos, mucha planificación y un trabajo logístico descomunal. Pero si pensamos en lugares céntricos de Barcelona, no hay ninguno que supere la afluencia de gente de la plaza Catalunya. Y en el Tast a la Rambla son muy conscientes de ello, por eso han montado la feria, por segundo año consecutivo, en la plaza en vez de la Rambla (por eso, y por las obras que se están haciendo). El Tast a la Rambla consistía, básicamente, en puestos de restaurantes de la ciudad que vendían tapas a 6 euros en la plaza Catalunya y con entrada gratuita. Según la organización, se han vendido 140.000 raciones, por lo tanto, los restaurantes de la ciudad han recaudado, en conjunto, más de 800.000 €.

Inauguración del Tast a la Rambla 2024. / Foto: Montse Giralt

Está claro que la gestión de estos proyectos no sería posible sin los grandes patrocinadores que hay detrás, pero también es verdad que el valor gastronómico que aportan a la ciudad, por mucho que sean ferias grandes, es irrefutable

Por su parte, el Meat & Fire se celebraba en el Moll de la Fusta y tenía acceso de pago. Pero ni el precio de la entrada ni la ubicación han frenado al público de disfrutar de la oferta de brasa que presentaban 30 chefs de todo el mundo. Hasta 25.000 personas han pasado por una fiesta que ha vendido 20.000 kilos de carne. Es decir, cada visitante ha comido, de media, casi un kilo de carne. Con respecto al dinero recaudado, el Meat & Fire ofrecía raciones de bebida a 4 € y platos de comida por 8 €. A eso se le tienen que sumar los 7 € de entrada, que por el número de visitantes, da un total de casi 200.000 €.

Gastronomía local a gran escala

Ambos festivales apuestan por dos tipos de cocina diferente, pero con un objetivo común: acercar la cocina de los restaurantes locales y los chefs más importantes al público general. Es curioso, sin embargo, ver cómo unas ferias con espíritu local han crecido hasta límites insospechados. Entre las dos facturan más de un millón de euros, una cifra extraordinaria si tenemos en cuenta que el Tast a la Rambla celebra diez años, pero el Meat & Fire solo va por la segunda edición. Está claro que la gestión de estos proyectos no sería posible sin los grandes patrocinadores que hay detrás, pero también es verdad que el valor gastronómico que aportan a la ciudad, por mucho que sean ferias grandes, es irrefutable.

Siempre que se pueda y en la medida de lo posible tenemos que dar apoyo a los productores y restauradores locales. Visitar los bares, conocer a los cocineros, acercarnos a los elaboradores y comprar el producto es la única manera de hacer crecer la gastronomía de casa. Y ferias como estas, a pesar de tener gran parte del público internacional, son una buena manera de proyectarnos por todas partes y dar a conocer la cocina catalana sin dejar nunca de tocar de pies en el suelo.