El perfil de Instagram @sweetandhealthypostres ha compartido una receta sorprendente y saludable: un refresco salvaje fermentado que ayuda a equilibrar la salud intestinal. Esta bebida, además de ser deliciosa y refrescante, es rica en probióticos naturales gracias a su proceso de fermentación, lo que la convierte en una alternativa casera y saludable a los refrescos comerciales. El secreto está en permitir que las levaduras y bacterias presentes en el ambiente hagan su trabajo, transformando los ingredientes en una bebida burbujeante y llena de beneficios para la digestión. Si nunca has probado una bebida fermentada, esta receta es perfecta para empezar, ya que solo requiere unos pocos ingredientes y un poco de paciencia.

La receta de refresco que te ayuda a equilibrar la salud intestinal

Para prepararlo, necesitas un frasco de vidrio grande (preferiblemente de dos litros), fresas orgánicas, limones en rodajas, un trozo de jengibre, pétalos deshidratados (opcional) y azúcar. Lo primero es cortar las fresas, los limones y el jengibre, y colocarlos dentro del frasco junto con la cantidad indicada de azúcar. Es importante no sustituir el azúcar por edulcorantes, ya que es fundamental para el proceso de fermentación. Luego, se cubre el frasco con un trapo limpio y se deja reposar en un lugar tibio y oscuro durante dos o tres días. En este tiempo, los microorganismos naturales comenzarán a consumir el azúcar y a liberar gas, creando una bebida naturalmente efervescente.

Jengibre y limón / Foto: Unsplash
Jengibre y limón / Foto: Unsplash

Una vez transcurridos estos días, la mezcla se cuela y se vierte en una botella hermética. Si quieres que el refresco sea más gaseoso, puedes añadir una cucharadita extra de azúcar antes de cerrar la botella. Luego, se deja reposar por dos días más, permitiendo que la fermentación continúe y aumente la efervescencia. Pasado este tiempo, la bebida está lista para disfrutarse bien fría. Su sabor es ligeramente ácido y dulce, con un toque de jengibre y un suave gas natural, parecido a una kombucha casera.


Más allá de su sabor, este refresco casero es una fuente natural de probióticos, que pueden mejorar la digestión y fortalecer el sistema inmunológico. Durante la fermentación, se generan pequeñas cantidades de dióxido de carbono, lo que da la burbuja natural, y un grado bajo de alcohol (entre 0,5% y 1%). Si se deja fermentar más tiempo, la cantidad de alcohol aumenta, por lo que es importante controlar el proceso según el resultado deseado. En cualquier caso, se trata de una bebida saludable, fácil de preparar y con el encanto de lo artesanal. Si buscas una alternativa refrescante y beneficiosa para tu intestino, esta receta es una excelente opción para experimentar con la magia de la fermentación casera.