Seguro que has visto más de mil latas de refresco de distintos colores, formas, tamaños y dibujos y te has tomado aún más a lo largo de tu vida, pero, ¿realmente sabes de qué metal están hechas las latas de refresco? Por lo general, las latas de refresco se suelen fabricar de acero, antes conocido más comúnmente como hojalata, o de aluminio. Depende de la aplicación posterior que se le dé y de la región en la que se fabrique, es más habitual que se utilice un metal u otro.

Pese a su gran presencia, el aluminio es uno de los metales más costosos de obtener, hablando tanto en términos económicos como energéticos. Esto explica que gran parte de la producción de este metal es producto del reciclaje y por qué las latas de refresco lo utilizan en su producción. Afortunadamente, el aluminio es un material 100% reciclable y, además, su proceso de reciclado es sumamente sencillo y apenas requiere de grandes cantidades de energía.

Aluminio
Aluminio

¿De qué metal están hechas las latas de refresco?

Las latas de refresco están hechas de aluminio (en su mayoría). El aluminio es un metal ligero, resistente a la corrosión y fácil de reciclar, lo que lo convierte en un material perfecto para la fabricación de envases como las latas de bebidas. El uso de aluminio en la fabricación de latas ayuda a mantener las bebidas frescas y protegidas del aire y la luz, al tiempo que es económico y sostenible debido a su alta tasa de reciclaje. Cada vez que reciclas una lata de refresco, contribuyes a la conservación de recursos naturales y a la reducción de residuos en el medio ambiente, algo que se destaca del reciclaje de latas.

El uso de aluminio en la fabricación de latas ayuda a mantener las bebidas frescas y protegidas del aire y la luz

Razones por las que la lata de aluminio es el envase más sostenible y está perfectamente integrada en la economía circular:

1. Es eternamente reciclable. La lata puede reciclarse infinitas veces, independientemente de su color, formato, tamaño o diseño. Y sin perder calidad en el proceso. En tan solo ocho semanas, la lata depositadas en el contenedor amarillo puede volver como nueva al lineal del supermercado o a la barra de un bar.

2. Está fabricada por un solo material. La lata está compuesta únicamente de aluminio y no hay que separar de ella capas ni otros elementos para reciclarla. Por eso, cuando una lata llega a una planta de reciclaje, es muy fácil y rápido dividirla del resto de residuos.

Latas
Latas / Foto: Unsplash

3. Conserva su valor hasta el final y siempre. ¿Verdad que nunca te habrías parado a pensar que las latas de tu nevera podrían remontarse al siglo XIX? El 75% del aluminio que se ha producido en el mundo a lo largo de la historia está todavía en uso en la actualidad. El aluminio reciclado también se utiliza en otros sectores, como la construcción o la automoción.

4. Es resistente, ligera y fácil de apilar. El peso de una lata de bebidas estándar se ha reducido un 35% desde los años 80. El hecho de que sea tan ligera no solo la convierte en el envase perfecto para llevar en el bolso o la mochila, también la hace más sostenible. Se utiliza menor cantidad de aluminio en su fabricación y se necesita menos energía para transportarlas.

5. Y además… Reciclar aluminio y no tener que volver a producir aluminio virgen supone un ahorro de energía del 95%.