La lista más prestigiosa del mundo es la de The World's 50 Best. Aquí se incluyen la de los mejores restaurantes, bares, coctelerías y también los establecimientos separados por continentes. Ahora bien, hay una última categoría que se podría definir como los mejores bares de barrio, los no tan glamurosos, pero con un nivel que roza la excelencia y calidad gastronómica tremenda. En el top 10 se sitúa el Bar Cañete, ubicado en el Raval, un clásico de la ciudad de Barcelona que se adentra entre los más destacados de todo el planeta, junto con locales de Miami, Nueva York, Taipéi, París o San Francisco, entre otros.
El mejor bar de barrio de Barcelona
"Todo empezó con el abuelo Antonio, camarero de feria y restaurante. Manolo y su mujer, Mari, la hija de Antonio, vinieron a Barcelona desde Sevilla para trabajar. Él hizo de todo dentro de la restauración. Y aprendió", señalan desde el Bar Cañete. Así que la pareja abrió un bar de comidas a Molins: Manolo era el camarero y Mari, que era la cocinera y todavía no sabía ni freír un huevo, acabó siendo una maestra de la cocina española. Tuvieron dos hijos y diferentes bares y restaurantes. Cuando Antonio se jubiló, José, el niño de Manolo, empezó en la hostelería, en un bar que tenían en la Verneda y el resto es historia... Hasta alcanzar este importante hito y obtener un reconocimiento mundial.
Los inspectores o jurado del 50 Best remarcan que "el cartel F*ck your diet encima de la barra marca el tono de esta divertida y frenética institución catalana, que todavía sirve con orgullo platos aprobados por la abuela en los asientos del mostrador, con una cola que serpentea mucho antes de abrir". Profundizan, también, en el hecho de que los propietarios de la familia lo denominan "refugio en la tradición" y "es esta sensación de nostalgia, donde te encuentras calmadamente bajo el ala de un personal de delantal blanco, lo que atrae a la gente de vuelta en Barcelona solo porque han hecho una reserva".
Bar Cañete: platos llenos de alegría
Es importante destacar, entre otros, el arroz de marisco es bueno: muy caldoso y cargado de gambas y almejas frescas de mercado. El bocadillo de calamares amontona trozos de calamares crujientes y mantequilla en un pan. Cañete es el tipo de lugar al cual se devuelve una vez y otra. Flanqueada por puertas de entrada con grafiti, es tanto para los locales como para los visitantes bien informados un espacio a tener anotado. El espacio híbrido, piensa que el bar se encuentra con el bistrot, ofrece una lista de clásicos, prestando una atención especial a los perfiles de sabores y a los productos frescos como si pasara de moda. Los platos llenos de alegría van desde mordiscos individuales hasta compartir raciones.
Desde la prestigiosa lista animan a "absorberse del repertorio animado entre el personal divertido mientras mueve los platos más rápido de lo que podéis pedir". Mejor pedir un par de aperitivos para continuar con las paellas que son un guiño a la herencia sevillana del propietario. O los boquerones, directamente de la lonja catalana, mientras que la bomba emblemática de la ciudad, una albóndiga picante, representa su región con orgullo. Como dice el menú: "F*ck Your Diet": pasa hambre, sal feliz.