El Hostal de Pinós, el restaurante más antiguo de Catalunya, celebra hoy 500 años de servicio ininterrumpido. Abierto el 26 de septiembre de 1524, es el establecimiento más longevo del país, con cinco siglos de historia dando de comer a locales y visitantes. Ubicado en la cima de la Sierra de Pinós, en el sur de la comarca del Solsonès, el Hostal se encuentra a pocos metros del centro geográfico de Catalunya. Historia viva del país a quien hoy hacemos un homenaje para celebrar el medio milenio de servicio.
👴🏻 Un milagro en el restaurante más antiguo de Catalunya
500 años de historia
El Libro Guinness de los récords dice que Can Culleretes (Barcelona) es el restaurante más antiguo de Catalunya, pero el Hostal de Pinós es el establecimiento más antiguo del país que no ha cerrado nunca las puertas. Lleva abierto ininterrumpidamente desde 1524, cosa que lo hace del todo especial, ya que en Catalunya hay miles de restaurantes, pero encontrar uno que ya sirviera platos en los tiempos del rey Carlos V o de la Guerra de los Segadores es bien curioso. Igual que el origen del restaurante; la leyenda dice que una mañana, un vecino de Matamargó llamado Bernat Casas y que iba hacia Biosca se detiene para rezar en el Santuario de Pinós, construido por los templarios el año 1312 y gestionado desde entonces por monjes hospitalers. Según dicen, en medio de su oración, al joven campesino se le aparece la Virgen para preguntarle cómo va la peste en toda la comarca. Él, sorprendido, le dice que la enfermedad parece no tener tregua y que la gente de la zona está perdiendo la fe, por eso ella le propone la construcción de una iglesia para alabar a Dios y su madre. Según dice el Tribunal eclesiástico, la aparición es cien por cien verídica y, efectivamente, se construye la actual iglesia de Santa Maria de Pinós y el Hostal del Santuario de Pinós, inaugurado el año 1524.
Santuario de la cocina tradicional
La cocina que sirve el Hostal, como no podía ser de otra manera, son platos sencillos y deliciosos de la cocina tradicional catalana. Platos que hasta el año 1677 solo servían a enfermos, peregrinos y trotamundos y que desde entonces empezaron a dar a todo el mundo que fuera a comida. El mismo año en que se grabó la inscripción "Alabat sia lo santíssim sagrament per a sempre/ Veritat és que ostal sense diners no donen res. M [signe marià] i la Immaculada Concepció de Maria Santíssima concebuda sense màcula de pecat original. L'any 1677" en el dintel de la puerta de la entrada del local.
Llevar un restaurante no es una tarea nada fácil; hacerlo en el corazón de Catalunya, alejado de las grandes ciudades, lo es todavía menos; pero hacerlo durante cinco siglos de manera ininterrumpida es casi un milagro. Damos la enhorabuena a quien hace posible un restaurante así y animamos a todo el mundo a visitarlo para poder mantenerlo abierto, como mínimo, durante medio milenio más.